Blogia
Desde mi escaño

Aguilar, el sheriff del lugar

Aguilar, el sheriff del lugar

El secretario general de los socialistas canarios, Juan Fernando López Aguilar, ya vuelve por sus fueros y lleva varias semanas con el disfraz de sheriff, aconsejando lo que se merece tal o cual municipio, isla o comunidad autónoma (por supuesto, ninguna de ellas gobernada por el PSOE, curioso). El caso es que hace unos días el señor Aguilar se despachó asegurando que los chicharreros se merecen otro alcalde, que no tengan a un edil que justifique su riqueza por medio de la suerte en la lotería. Es decir, maleando el lenguaje, lo que quiso afirmar es que Miguel Zerolo se lo está llevando crudo y los ciudadanos, sin enterarse.

Miren, el regidor de Santa Cruz de Tenerife tendrá uno y mil defectos y si ha trincado o ha dejado de meter mano en la caja de caudales o se ha beneficiado de operaciones urbanísticas será una cuestión que deben dictaminar los tribunales, algo que debiera saber perfectamente el secretario general del PSOE en las Islas, puesto que ocupó durante casi tres años la cartera de Justicia. Por lo pronto, Zerolo es un alcalde elegido democráticamente por el pueblo (y apoyado luego por un pacto suscrito con el PP al no haber alcanzado la mayoría absoluta) y mientras nadie ambicione una cuota mayor de poder, será así hasta las elecciones del 2011.

Desde luego, hay tiempo de sobra en estos dos años para intentar desestabilizar el Ayuntamiento capitalino, aunque me da la sensación de que es tal la empanada mental que tienen los socialistas santacruceros, que lo único que conseguirán es hundirse a sí mismos, sobre todo porque son incapaces de ponerse de acuerdo en cuestiones tan simples como mantener un encuentro con el alcalde a cuenta de la propuesta de un gobierno de concentración. No es de extrañar que luego los electores den la espalda al candidato que presente el PSOE a regir los designios de la ciudad. Si esto fuese analizado por un científico, concluiría que son tantas las familias en el seno del Partido Socialista que éste podría dividirse en tres o cuatro partidos. Por tanto, señor Aguilar, ponga usted orden primero en su casa y después vaya a los tribunales para que impartan justicia, pero no se las dé usted de sheriff del lugar.

0 comentarios