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Desde mi escaño

A Bermejo se le acabó la munición

A Bermejo se le acabó la munición

El chulesco ya ex ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, tuvo que dejar finalmente su cartera debido a las presiones que se estaban recibiendo en Moncloa, pero muy en especial la electoral. Con dos citas dentro de pocos días en Galicia y en las Vascongadas, el PSOE no podía permitirse el lujo de seguir perdiendo votos a chorros. Cierto es que la estrategia inicial era la de mantener al cazador furtivo en su puesto hasta que pasaran los comicios, pero era tal el caudal de escaños que previsiblemente iban a mudar de acera que no ha habido más remedio que adoptar una decisión que Zapatero quería evitar a toda costa.

Bermejo, todo hay que decirlo, ha tenido muy mala suerte (o 'amigos' traicioneros). Con todo lo mal que lo han hecho otros ministros (y ministras), y ahí tenemos a la ineficaz Magdalena Álvarez para ilustrar lo que digo, el caso es que a este buen señor le han cazado con el carrito del helado. Las trampas que tenía preparadas contra unos pobres e indefensos animalitos han sido, al fin y a la postre, las que le han atrapado y sesgado su carrera política de raíz. Su conspiración con el megajuez estrella de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, había sido rentable hasta que se ha descubierto todo el pastel. Sí, se ha conseguido el objetivo que perseguían en el Gobierno y en el PSOE, manchar de m... al Partido Popular. Sin embargo, la factura que ha habido que pagar por ello es excesivamente elevada y el escapista Zapatero no ha tenido más remedio que sacrificar al 'torero' (que es lo que le llamaron a Bermejo sus compañeros de partido en el Congreso de los Diputados cuando se negó en redondo a dimitir).

Desde luego, la apuesta que ha hecho el presidente del desgobierno español resulta más que arriesgada, puesto que se queda sin uno de los escudos más sólidos que tenía. Bueno, cierto es que con la titular de Fomento le basta y le sobra para seguir evitando exponerse a mayores peligros, pero debería hacerse mirar mucho lo que sucede en la cartera de Justicia. Primero fue López Aguilar quien le dio más de un quebradero de cabeza y al que deportó a Canarias tras hacerle el trabajo sucio desde Madrid y destapar varias tramas de supuesta corrupción en el PP de las Islas. Ahora, Bermejo, que tras realizar una labor similar, también es dimitido-cesado en sus funciones, aunque en este caso no por hacer una labor chapucera, sino por ser demasiado indiscreto y dejar al descubierto las connivencias que se traen el Ejecutivo, el PSOE y ciertos jueces, encabezados por el doliente y convaleciente Garzón.

Por supuesto, queridos lectores (y queridas lectoras, que diría la señora Aído) le faltará tiempo al señor Blanco para pedir el cese de todos aquellos miembros del PP que estén o hayan estado implicados en tramas de corrupción. Seguro que el dueño el ático ilegal nos vendrá ahora a dar lecciones de ética política. Y es que con ese apellido, se presta al chiste fácil de blanco y en botella...

2 comentarios

Lewis Rogers -

Insisto en las tesis que más abundan en política: a Bermejo le pudo más la imagen que los hechos en sí de la fmosa cacería. Está mal visto para la ciudadanía en general y por eso era evidente su marcha. El único que pidió su dimisión desde filas socialistas: Jerónimo Saavedra. Sabe más por viejo que por socialista.

Paco el Chocolatero -

¡Toma ya! En las Vascongadas... Y el águila que siga en la bandera...