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Desde mi escaño

Los ecologistas antiprogreso

Los ecologistas antiprogreso

Canarias, pero muy en especial Tenerife, lleva años sufriendo la lacra de un colectivo de pseudoecologistas que no tiene otra función que frenar todas las obras que se quieren llevar a cabo. Lo cierto, como señalo en el primer renglón, es que la han tomado con los políticos tinerfeños y cualquier trabajo que se quiere realizar acaba ejecutándose con una demora más que considerable, y eso en el caso de que se logren pasar todos los trámites y requisitos que acaban interponiendo en el camini burocrático esta serie de 'amantes de la naturaleza', pero que luego no tienen el más mínimo reparo en ir al monte con sus potentes quads y todoterrenos, destrozando toda la flora que encuentran a su paso.

Todo esto viene a colación por el nuevo 'éxito' que han logrado los miembros de Ben Magec, consiguiendo que el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, el TSJC, vuelva a paralizar las obras del futuro puerto industrial de Granadilla puesto que ahora ordena suspender la descatalogación de los sebadales, una especie vegetal de la que, con perdón, seguramente muy pocas personas en la isla sabían de su existencia (biólogos y algún miembro de la familia Wildpret). La verdad es que no entiendo qué intereses están detrás de todas estas zancadillas al progreso de Tenerife, que por ende redundará en el beneficio de todo el Archipiélago. ¿Por qué sólo actúan con vehemencia los ecologistas en esta isla y en otras, Lanzarote o el sur de Gran Canaria, por poner claros ejemplos, se permiten los desmanes urbanísticos derivados del boom turístico?

Algún día puede ser que encontremos la respuesta a esta pasividad en otros puntos de las Islas y, en cambio, que se esté tan pendiente de lo que se hace o se deja de hacer en Tenerife. Lo curioso del caso es que un rotativo que abre a toda plana con la paralización de los trabajos en Granadilla fue el mismo que hace nueve años, en el 2002, optó por silenciar la gran manifestación en contra de la instalación del tendido eléctrico por Vilaflor. ¿Qué ha cambiado ahora? ¿Será que en su consejo de administración les ha dado ahora por las hierbas, sobre todo si son destiladas, y por eso han cogido unas cuantas décimas de fiebre ecologista?

Sea como fuere, lo cierto es que volvemos a sufrir un nuevo frenazo al progreso de Tenerife y de Canarias por la cortedad de miras de unos amigos de los sebadales y líquenes diversos, apoyados, eso sí, por determinados políticos de dudosa catadura moral. Todos somos conscientes de que el Archipiélago es limitado y que el terreno hay que cuidarlo con el máximo mimo, pero tampoco podemos quedarnos anclados en el pasado, en el siglo XVIII. Este puerto resulta esencial para nuestra economía, pero algunos prefieren seguir torpedeando los proyectos que redundan en un mejor futuro para los isleños, entre los que se incluyen, precisamente, ellos mismos. Sin embargo, insisto, les gusta continuar con su farsa y la doble cara. Defensores de la naturaleza de cara a la sociedad y auténticos depredadores de la misma en cuanto llega el domingo y se echan al monte, al igual que hace la cabra.  

1 comentario

Máximo Medina -

Finales de febrero de 2009. Un mes corto que se ha hecho largo. Un axioma que he aprendido tras largos años de aprendizaje: nadie hace nada sin un motivo concreto y, por supuesto, sin lograr un beneficio en el proceso. De un lado constructores, de otro, ecologistas. Es tan difícil que se encuentren que parecen llevar autopisas paralelas. Economía contra conservación. Buen duelo. Además no ganará ninguno.