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Desde mi escaño

Mucho móvil y poca gestión

Mucho móvil y poca gestión

El Parlamento de Canarias, ese mismo que hace algunos meses optó por aprobar una subida de los ’raquíticos’ sueldos de sus señorías en tiempos de crisis, sigue en su línea de despilfarrar el dinero a manos llenas. Bueno, en este caso, más bien a orejas y bocas llenas, ya que se prevé que en plazo de dos años se gaste la friolera de 450.000 euros en telefonía móvil, y eso incluyendo que se va a contratar un servicio de tarifa plana (para eso que hablen con Telefónica, concretamente con Eduardo, quien gustosamente les hará la tarifa Zaplana). Y digo yo, ¿ustedes son conscientes del gasto de telefonito que harán sus señorías y personal de confianza en la sede de Teobaldo Power?

Sobre el papel, contando con la presencia de 60 diputados y vamos a añadirles 40 personas más entre asesores, prensa y algún personaje que se me pueda escapar ahora mismo, pongamos que este servicio llegue aproximadamente a un centenar de personas. Si en cada uno de los ejercicios se prevé un gasto cercano a los 225.000 euros, el promedio de gasto que a mí me sale por barba barbilla es de 2.250 euros. Pero, ¿no estamos hablando de la contratación de una tarifa plana? ¿Se puede saber adónde demonios van a llamar los dipuvagos (primos hermanos de los sindivagos)? Uno ha trabajado en diversas empresas de comunicación, de mayor o de menor tamaño y puedo constatar que hay que hacer un número enorme de llamadas a fijos y a móviles y les puedo garantizar que, ni de lejos, se gasta ese pastón. Y no es que esté llamando chorizo a alguien, empero lo cierto es que se trata de un desembolso excesivo, sobre todo cuando las arcas de la economía, la regional en este caso, no están precisamente para grandes dispendios.

Posiblemente, y aquí es donde uno puede ver el truco de lo poco que trabajan nuestros padres de la patria regional, este gasto viene derivado del escaso tiempo que algunos diputados pasan por el hemiciclo. Gran parte de ellos se dedican primordialmente a otras funciones laborales o, en el caso de aquellos con duplicidad de cargos, están más interesados en resolver los problemas de su ayuntamiento o del cabildo de turno. Probablemente, si cortásemos de raíz esta doble o triple dedicación y quien salga elegido para estar en el Parlamento cuatro años sólo tuviera que centrarse en desempeñar esa función de diputado, a buen seguro que no estaríamos necesitando de tanto móvil y tanta tarifa plana.

No es de extrañar, pues, que año tras año, la Cámara autonómica permanezca en los últimos lugares de las instituciones más valoradas por la ciudadanía. La gente de a pie no sabe lo que hacen ahí dentro sus señorías, pero con informaciones como ésta, la del gasto desvergonzado e injustificado en telefonía (por muy móvil y plana que sea la tarifa) resulta lógico y normal inferir el descontento de la población y que, elección tras elección sean más los desencantados y los desertores a la hora de acercarse a las urnas.

 

1 comentario

Lewis Rogers -

Amigo Juan, una cosa es lo que se presupuesta y otra muy distinta la que se gasta. Eso sí, sus señorías se cubren las espaldas y ponen siempre más por si acaso. Más vale que sobre que no que falte. Además, es muy guay tener un móvil pagado por otro. Por supuesto, la pregunta que se me queda dando vueltas por un par de cientos de miles de neuronas es siempre la misma: ¿Hay algo que no les paguemos a nuestros democráticos representantes? ¡Hay que echarle rostro al asunto! Y lo hacen muy bien... lo de echarle cara, claro.