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Desde mi escaño

TVE nos toma por tontos

TVE nos toma por tontos

Televisión Española, ese ente que pagamos entre todos los ciudadanos a través de nuestros impuestos (y que supongo que tendremos que seguir financiando aun más cuando se quite la publicidad, que no la propaganda), se cubrió anoche de varias capas de desvergüenza ante lo que fue la manipulación más espantosa que se haya podido presenciar en los últimos años. A nadie se le escapa que una final de la Copa del Rey entre el Barcelona y el Bilbao no iba a ser, precisamente, un canto a la españolidad por parte de muchos de los aficionados que se dieron cita en Mestalla. Cierto es también que los seguidores de ambos clubes, sobre todo los más exacerbados, no hacen otra cosa que imitar los modelos de comportamiento de los políticos y de los dirigentes deportivos, que les han conducido en estos últimos años en una dirección muy concreta, pero ello no es óbice para que TVE cortase de raíz la ceremonia inicial con las dos escuadras y el cuarteto arbitral formadas en el centro del terreno de juego escuchando (o al menos disimulando que lo hacían) el himno nacional. Sí, claro que prácticamente no se podía escuchar nada debido a la gran pitada, pero esa no es razón para cortar el plano, dejar a los Reyes en un plano marginal y hacer una conexión con Bilbao para ver como se vivían esos momentos iniciales. Directamente, la labor del ente aún presidido por Luis Fernández es del manual de básica de la manipulación más desvergonzada y vergonzante para quienes tenemos un mínimo de dignidad.

Desgraciadamente, lo que está pasando con la Copa del Rey de fútbol en los últimos años es un reflejo de lo que se vive en España, un desprecio absoluto a la Corona, aunque también contribuye a esa tomadura de pelo a la monarquía los propios titulares de la misma que permiten todo tipo de atropellos, insultos y vejaciones varias con tal de seguir en el machito. Lo de anoche, sin una triste bandera española que llevarse a la boca, fue una muestra más de lo que está sucediendo en este país, donde no mostrar la más mínima cortesía a los Reyes sale gratis (salvo que te metas con los Príncipes en la portada de El Jueves). Es más, se les puede insultar, quemar banderas y fotos que un juez dictaminará que no se puede coartar la libertad de expresión. Pero claro, ¿cómo no se van a envalentonar estos grupúsculos si Sus Majestades aceptan todo con un más que sospechoso silencio? Lo de ayer, si hubiera un poco de cordura, era para que Don Juan Carlos y Doña Sofía se hubieran levantado del palco y se largaran directamente a la Zarzuela. Falta de respeto al inicio y mucho más al final, con el capitán del Barcelona, Puyol, poníendose encima del palco, saltándose el protocolo hasta las últimas consecuencias. En fin, un disparate, pero también con la connivencia de los inquilinos zarzueleros.

En fin, pero independientemente del consentimiento tácito de la realeza, lo que no debe quedar impune es la caótica labor de TVE, que en todo momento actuó sabiendo lo que debía emitir y lo que no. Luis Fernández, que al término de este artículo aún no ha presentado su dimisión, tenía claro que no se podía mostrar a la audiencia una imagen de rechazo al himno español y, para evitar males mayores, cortó como si no fuera a pasar nada. Pero mire usted, pasó y mucho, sobre todo porque censuró uno de los momentos culmen de este tipo de retransmisiones, los instantes iniciales. Es como si en la final del Mundial, de la Eurocopa o de la Champions obviásemos los himnos oficiales de cada selección o de la competición continental. Vamos, sería un error lamentable y que en cualquier país le costaría su puesto de trabajo. En Francia, sin ir más lejos, se ha aprobado una legislación por la que una falta de respeto a la interpretación de la Marsellesa podría provocar la suspensión inmediata del partido de fútbol. Aquí, desgraciadamente, no ocurrirá eso, entre otras razones porque Fernández, por mucho que pueda mandar en la Corporación de Radio Televisión Española, depende de Zapatero y éste, sabiendo lo que iba a ocurrir anoche, ni se personó en Valencia. Mira tú como el nuevo ministro de Deportes, aunque sin cartera, escurrió ayer el bulto. Eso sí, el miércoles 27 de mayo estará como un poseso en la final de Roma. ¡Vaya rostro!

3 comentarios

Mari Ano Rajoy -

La gente silbó a los símbolos que identifica a un pueblo opresor. ¿Por qué no se escucha también el himno vasco y el catalán? Represión. Y creían que el fascismo había acabado...
Esperemos que llegue la tercera República.

Máximo Medina -

La decisión desde instancias pública de romper con todo lo que sea pasado en este país comienza a ser una verdadera manía. Es incomprensible que una cadena pública omita el himno nacional. El motivo podría ser que no gusta en las comunidades autónomas de los equipos de fútbol que jugaban la final de la Copa del Rey, pero el resto de los españoles no merecen semejante agravio y más desde una televisión que pagamos todos. La dimisión del jefe de Deportes de TVE es sólo la punta del iceberg, pues no se entiende que se den unas 'órdenes' y se ejecuten otras. Además, ningún equipo está obligado a jugar la Copa, así que al que no le interese por motivos 'políticos' pues que se abstenga de participar. Lo más curioso es que en la ETB sí se oyó el himno. En conclusión, una prueba más de que el Gobierno en curso es capaz de cualquier cosa por buscar aliados. Por cierto, a Anasagasti, con la tira de años que lleva el Parlamento nacional, no se le ocurre otra cosa que comentar que los pitidos al himno sólo reflejan una opinión, pero nada más. Mucho, muchísimo más, señor.

Jorge González Ramírez -

Mejor que le llamen la Copa Republicana o la Copa sin más. En toda la retransmisión obviaron ponerle el apellido 'del Rey', sólo hablaban de la Copa 2009. Menuda vergüenza de televisión.