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Desde mi escaño

Gobierno de contradicciones

Gobierno de contradicciones

El Gobierno de España, una vez más, pretende volver locos a sus ciudadanos con políticas y mensajes que son completamente contradictorios. El mismo día en el que las ministras de Sanidad e Igualdad, Trinidad Jiménez y Bibiana Aído, respectivamente, salen a la palestra para anunciar a bombo y platillo la dispensa sin límites de la pastilla del día después o del día siguiente, por otra parte se presenta en rueda de prensa el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, para anunciar que sería ideal incrementar el número de nacimientos para asegurar la sostenibilidad del actual sistema de pensiones. Sí, mis queridos lectores, así son las cosas en el maravilloso mundo de Moncloavisión. Parece un mismo gabinete, pero está claro que aquí cada quien va por su lado, sin poner en conocimiento ni en común las estrategias que se plantean desde los distintos departamentos. Así nos va.

De todas maneras, no es de extrañar lo que viene sucediendo en este Ejecutivo tan progresista porque, para empezar, es el propio Zapatero es que siempre ha ido por libre a la hora de realizar determinados anuncios. ¿Se acuerdan ustedes de los famosos 400 euros o del cheque bebé? Solbes, estuviera o no de acuerdo, fue completamente ninguneado por el presidente. De hecho, en los últimos dos años ha tratado por activa y por pasiva de renunciar a su puesto como ministro de Economía y Hacienda hasta que al final lo consiguió. Claro, que para eso tuvo que ser tan sutil que llegó a decir que sentía envidia de Mariano Fernández Bermejo por el hecho de que ya no ejercía de titular de Justicia. Bueno, la verdad es que yo también sentiría cierta envidia de ambos, sobre todo conociendo el pastizal que tienen asegurado únicamente por su condición de ex ministros.

Pero, siguiendo con las famosas políticas contradictorias del Ejecutivo español, ¿se acuerdan ustedes de las bombillas de bajo consumo o de los viajes del ministro Sebastián en el Metro de Madrid? Sí, todo muy bonito, muy instructivo, pero no deajaban de ser hechos propagandísticos. Aunque el ministro de Industria pretendiese hacer ver que usaba los medios colectivos, su coche oficial seguía circulando, aunque vacío. O sea, que daba lo mismo lo que hiciese el titular de esta cartera si luego no se producía ese ahorro de combustible y de emitir menor contaminación. Exactamente lo mismo que con las bombillas. Nos manda (aún yo no las he visto) luces de bajo consumo, pero la realidad es que luego distintos ministerios, incluso el propio Palacio de la Moncloa tienen las luces encendidas en horas en las que no es necesario. O sea, un nuevo gesto de cara a la galería, pero no a la cartera, claro, así luego toca ser solidario a los ciudadanos de a pie en el recibo de la luz.

Volviendo a las discrepancias creadas entre Sanidad-Igualdad con Trabajo, esperemos, por el bien de todos, que se pongan de acuerdo de una vez por todas y que sean claros sobre lo que realmente pretenden llevar a cabo. Lo que no puede ser es anunciar que conviene el incremento de la natalidad y, por el otro, presentar políticas tendentes a la barra libre en el aborto y en la dispensa de la pildorita para evitar embarazos no deseados. El propio Corbacho, de hecho, tiene también que resolver las contradicciones internas en su ministerio, dado que los mensajes apocalípticos que llegaban desde el Banco de España sobre un posible colapso de las pensiones y que fueron rebatidos contundentemente, ahora también se están haciendo desde su propio departamento, concretamente desde el máximo responsable de la Seguridad Social. ¿En qué quedamos?

1 comentario

Máximo Medina -

Las discrepancias en el seno de un Gobierno puden ser hasta higiénicas, pero en el caso del Ejecutivo español denota una falta de hogeneidad digna de cierto respeto. De las tres opiniones vertidas, el titular de Trabajo parece el más consecuente, porque parece obvio que nuevos españoles deben sustituir (quizás no sea la palabra más indicada) a los que lamentablemente van falleciendo. Las pérdidas de pensionistas y trabajadores en activo no son suficiente ante los crecientes individuos que se van jubilando y eso genera un desequilibrio financiero. Nada del otro jueves, porque en la mayoría de los países occidentes ocurre lo mismo, pero aquí, las voces de alarma suelen también superar en muchas a las que llaman a la tranquilidad.