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Desde mi escaño

Titsa y sus líneas 'interés' turístico

Titsa y sus líneas 'interés' turístico

Titsa, una vez más, sigue ofertando a los ciudadanos de Tenerife y a quienes nos visitan durante todo el año un servicio de calidad que, en algunos casos, comienza a ser más que cuestionable. Dejando a un margen sobre si el precio del pasaje con el bono de 12 o de 30 euros es más o menos razonable (que creo que no lo es), lo verdaderamente preocupante se centra en la reordenación y/o supresión de líneas que está realizando la empresa y que están evidenciando un claro perjuicio para quienes desean trasladarse cómoda y rápidamente de un punto a otro. Los responsables del Cabildo siempre se agarran a argumentos de funcionalidad y reestructuración para justificar estas modificaciones. En el fondo, que nadie se llame a engaño, lo único que se persigue es quitarle todo el déficit a la compañía, aunque sea en detrimento de fastidiar a los pasajeros. Vamos, que eso de empresa pública empieza a ser poco menos que una ironía.

Para que ustedes comprueben lo que hace Titsa con las llamadas líneas de interés turístico, vayan ustedes un festivo o un fin de semana a intentar coger la línea 105, que va desde Santa Cruz a La Punta del Hidalgo, un maravilloso enclave marinero en La Laguna. El intento será en vano. Con un poco de suerte, si usted ha ido hasta la estación capitalina, verá que esa línea ha sido suprimido en fechas feriadas, amén de los sábados, y tendrá que tomar cualquier línea que vaya hasta la estación de San Benito para, posteriormente, enlazar con la 050. Si se mantiene la 105 de lunes a viernes, los fines de semana, con una ocupación mayor incluso, llegan y suprimen el recorrido para partirlo en dos.

Segundo ejemplo, las guaguas que iban desde la capital a los dos aeropuertos o desde los principales núcleos turísticos de la isla (Arona/Adeje y Puerto de la Cruz) hasta Los Rodeos y Reina Sofía también han sido suprimidas y el servicio lo tienen que cubrir las líneas regulares que van a esos puntos. Al Sur, la 111 y al Norte, la 102. Sí, se tratará de economizar y racionalizar, pero ¿y cuándo van los vehículos hasta arriba? En más de una ocasión el pasaje ha tenido que ir como sardinas en lata y, ocasionalmente, el chófer ha tenido que pedir disculpas a los pasajeros recién llegados al aeropuerto porque era materialmente imposible meter a más gente.

Y último ejemplo, el más reciente. Titsa decide también cancelar los fines de semana y los festivos la línea directa desde Santa Cruz de Tenerife a Las Américas, la 110. Quienes iban en un suspiro de punto a punto en poco más de 50 minutos, ahora tienen que ir en la 111, que tiene varias paradas a lo largo de toda la autopista, así como el añadido del aeropuerto Reina Sofía. En definitiva, el tiempo de estancia en la guagua se duplica y el precio, dicho sea de paso, viene siendo similar al que cuesta coger la línea directa, unos cuatro euros y medio.

Con políticas de esta clase, no es de extrañar que los ciudadanos y los turistas sigan apostando mayoritariamente por coger su vehículo o acudir a las agencias de alquiler de coche. Al final, una vez se pongan en marcha los trenes del Sur y del Norte, la reducción de líneas de Titsa será espectacular. Quizá, entonces, tenga algo de lógica, pero ahora no tiene sentido dejar a los usuarios al albur de unos horarios y unas frecuencias que parecen programadas por un enemigo de la propia empresa, salvo que el objetivo sea ése precisamente, proceder a la liquidación de la misma.

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