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Desde mi escaño

El rejo de Pepiño

El rejo de Pepiño

Poco, muy poco le ha durado la compostura al señor José Blanco, actual ministro de Fomento, una vez que ha comprobado que su sucesora en la Secretaría de Organización del PSOE, Leire Pajín, ha dilapidado el crédito que el partido había ganado en las últimas elecciones generales. De nuevo, el inefable gallego vuelve a sacar su faceta de Pepiño y, medio en broma medio en serio, ya ha anunciado que los comicios del 2012 correran de su cuenta. Es decir, que considera que el trabajo realizado por la vasco/alicantina al frente del aparato organizativo de cara a la cita del 7 de junio ha supuesto un desastre y hace falta alguien con la suficiente mala leche y con más conchas que un galápago para revertir, como no podría ser de otra manera, la situación creada por Pajín.

Eso sí, Blanco, experto en el antiprotocolo y en no saber mantener las buenas formas, soltó la perlita en el supuesto reconocimiento que se hizo a la secretaria de Organización por los resultados europeos. Se congratuló del trabajo realizado, pero al mismo tiempo anticipó que las siguientes elecciones generales las coordinaría, verbi gracia, él y sólo él, dando a entender claramente que no se esperaba una derrota en las urnas y menos de una manera tan contundente. Y es que a muchas personas hay que explicarles que la diferencia de dos eurodiputados entre socialistas y populares es tanta como 600.000 votos de distancia. En resumidas cuentas, cada parlamentario que se obtiene para Bruselas es a cambio de unos 300.000 votos (quizá un poco menos, pero no mucho). En una extrapolación a unos comicios nacionales, al Congreso, por ejemplo, estaríamos hablando de que el PP habría ganado con más diferencia, aproximadamente con siete u ocho diputados de ventaja, pero obligado a pactos para poder gobernar.

Desde luego, el nerviosismo ha empezado a instalarse en el PSOE, y no sólo porque Pepiño ya haya avanzado que pretende organizar el aparato electoral con vistas a las próximas citas con las urnas, sino porque el propio Zapatero, después de casi 48 horas escondido, ha salido ahora a decir que las elecciones de 7 de junio eran para Estrasburgo y Bruselas, no para la Carrera de San Jerónimo. Sí, claro que esos comicios eran europeos, pero bien que usted utilizó aviones Falcon para no perderse un solo mitin y estuvo alentando a los suyos hasta la extenuación. Es lícito, por supuesto, que usted siga blandiendo los más de once millones de votos que obtuvo el 9 de marzo de 2008, pero no crea que eso es un crédito ilimitado. Felipe González también creyó tener a sus pies a los ciudadanos y al final comprobó como los electores podrán ser gentes de costumbres, pero no bobos. Cuando el paro y la corrupción dejaron un ambiente irrespirable en España, no hubo vídeos de dobermans y cartillas de racionamiento que asustasen a los españoles. El signo político cambió y eso, estimado Zparo, es lo que ha empezado a suceder tras el 7 de junio. Ni Pepiño, con todas esas aviesas intenciones que siempre tiene, podrá blanquear el panorama.

1 comentario

Máximo Medina -

Uno de los problemas del PSOE, que no el único, es que en la trastienda no tiene a nadie de entidad como para dirigir el cotarro. El inconveniente quizás parta del propio ZP, que nunca ha querido tener al lado a alguien que le pueda hacer sombra. Con eso de gobernar, el partido está hecho unos zorros, sin nadie que atienda a otra cosa que no sea el presidente de Gobierno. Oye que si me porto bien, incluso puede que hasta me hagan ministro. ASí, más o menos, va el asunto. Por cierto, la Pajín, mejor que se vaya a casa. Pero ya.