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Desde mi escaño

Los pufos de Calderón

Los pufos de Calderón

El ex presidente del Real Madrid, Ramón Calderón, abandonó por la puerta trasera la entidad merengue, pero antes de marcharse (o que lo marchasen) dejó una serie de pufos que poco a poco están teniendo que solventar los Florentino Pérez, Jorge Valdano, Emilio Butragueño y Pardeza. La última joya de la corona ha sido la cláusula de Huntelaar, de cuya venta el Madrid tendría que apoquinar siete millones de euros al Ajax de Amsterdam, sí señor, todo un negocio redondo...para la escuadra holandesa. Y es que la gestión calderoniana en lo que se refiere a este jugador ha sido de traca puesto que fue fichado para suplir al lesionado Van Nistelrooy y la sorpresa mayúscula fue que había que decidir entre el tulipán y Lass Diarrá para la Liga de Campeones. Con Juande Ramos de amarrategui mayor, se optó por descapitalizar la cona de ataque y reforzar el medio centro defensivo. O sea, veintitantos millones para al final dejar fuera de Europa a un punta consolidado. Excelente transacción.

Por este y otro motivos, las quejas sobre el derroche que está realizando la junta directiva madridista en cuestión de fichajes deberían de ser matizadas puesto que se han encontrado con una serie de trampas colocadas aviesamente por su antecesor a la hora de afrontar las contrataciones más apetecibles. A saber, el desembolso de casi 100 millones de euros por Cristiano Ronaldo fue fruto de un acuerdo (de locos) suscrito entre el Manchester y el Real Madrid por el cual, en caso de que este año no se ejerciera por parte del club español la opción de compra, éste estaría obligado a pagar una compensación cifrada en torno a los 30 millones de euros. Con una sanción así, antes que arrojar esa morterada a las cloacas de la ciudad más fea de Inglaterra, el Madrid prefirió fichar al luso, aunque con un precio sobredimensionado, gracias a las 'buenas artes' del presidente truca-asambleas.

Lo increíble es que con todos los pufos que ha ido dejando el personaje en los dos años y medio que ha permanecido al frente de la entidad blanca, aún siga luciendo palmito con la beautiful people de la Federación Española de Fútbol y encima tenga el descaro de 'apropiarse' el mérito de fichajes como los de Kaka o Ronaldo, cuando él, en sus tres temporadas, fue incapaz de traer a ninguna de las estrellas prometidas. De acuerdo que los Gago, Higuaín, Van Nistelrooy, Robben o Sneijder le aportaron puntualmente éxitos domésticos al equipo (dos Ligas), pero es que estaba tan mal el resto de candidatos que cuando hubo que salir a competir en el continente medianías como la Roma dejaron bien claro que el equipo se sostenía en el alambre gracias a las intervenciones de Casillas (y el portero no siempre puede parar todo).
Ahora el Real Madrid ha entrado en una nueva etapa, de seriedad, de saber hacer muy bien las cosas, pero no estaría de más que Florentino Pérez exigiera al señor Calderón que rinda cuentas en una asamblea pública. El ex directivo sigue presumiendo de gestión por todos los foros por los que pasa, pero la realidad se torna muy diferente, sobre todo en lo que se refiere a cobro de comisiones y a ventas de jugadores con un porcentaje que va a parar a bolsillos muy poco recomendables.

1 comentario

Lewis Rogers -

Cuando los clubs de fútbol se convirtieron en sociedades anónimas, una de las normas de imperiosa necesidad fue que los directivos de cada instante no serían responsables de las decisiones de la directiva. El Madrid ni siquiera es SAD, así que cómo se le puede pedir rendir cuentas a Calderón. Sus socios habrán tomado buena nota y no le permitirán volver a tomar partido en el club, pero poco más. Por cierto, lo de las cláusulas es cada vez más corriente. Si un equipo quiere a un jugador tiene que pasar por carros y carretones, si no se queda sin su concurso. Hay mucha picaresca y más en un mundo muy profesionalizado donde hay pocos profesionales y muchos correveidiles. Tras todo lo expuesto cabe hacer una pregunta: ¿Hay alguna entidad con balance de cuentas equilibrado? No, ninguno. Siguen la máxima de gastarse mucho más de lo que ingresan.