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Desde mi escaño

Roldós, no tienes razón

Roldós, no tienes razón

Cito textual de la prensa, concretamente del rotativo La Voz de Galicia, “la consejera de Sanidad de Canarias, Mercedes Roldós, negó cualquier responsabilidad de su departamento en el daño al padrastro falsamente acusado de matar a una niña de tres años, hija de su pareja, en Tenerife, ya que, según dijo, se actuó «conforme a la legislación vigente», y rechazó pedirle disculpas al joven. Roldós aseguró que su departamento no investigará la actuación de los médicos que atendieron a la niña y que espera «que no se acuse ahora públicamente» al médico que emitió el parte que dio lugar al que luego ha acabado por ser un falso caso de malos tratos, argumentando que este «solo cumplió con su obligación». «Es obligación de los trabajadores, que, además, han recibido formación al efecto, activar los protocolos, que eso no quiere decir ninguna presunción de nada, simplemente se hace un protocolo, se elabora un parte de lesiones, que eso se hace todos los días en los hospitales, por desgracia, porque todos los días hay indicios, que en algunos casos se confirman y en otros no», agregó.

En cualquier caso, Roldós subrayó que esos partes son confidenciales, «con lo que en este caso ha fallado que se haya filtrado esa documentación», pero añadió que su departamento no tiene ninguna responsabilidad en dicha filtración. «Ni la Consejería de Sanidad ni ninguno de sus organismos ha filtrado ningún documento a ningún medio de comunicación», aseveró”.

Bien, la señora Roldós tiene todo el derecho del mundo a defender a capa y a espada al colectivo de facultativos, eso le honra, pero no puede olvidar la consejera de Sanidad que estamos ante un caso que ha tomado una deriva muy grave, donde hemos acusado a una persona de haber maltratado a su hijastra y al final se ha demostrado que todo fue en falso, producto de una precipitación periodística que, todo conviene decirlo, no fue sino la correa de transmisión de unos informes médicos que se pasaron a los medios de comunicación. Nosotros como periodistas, es menester reconocerlo, tenemos nuestra parte de culpa y/o responsabilidad, pero no menos cierto es que nosotros tampoco nos hemos inventado los informes.

Supongo e infiero que la señora consejera dispone de un magnífico equipo de asesores y que le habrán recomendado que intente desviar la cuestión hacia la polémica sobre cómo se filtraron los informes a la prensa. Lo que está claro, doña Mercedes, es que alguien de su departamento o de los centros adscritos tuvo la tentación de mandar el informe y éste llegó a los periodistas, incluso manejado por el responsable de prensa de la Guardia Civil en Santa Cruz de Tenerife, el siempre eficiente y eficaz Ángel Yuste, quien relató en nota de prensa los supuestos malos tratos que la niña había recibido. Todo basado, eso sí, en el maldito informe médico.

La señora Roldós también asegura que el doctor cumplió con su obligación y, miren ustedes, no lo pongo en tela de juicio, pero está claro que cometió un error mortal de necesidad y a día de hoy no sabemos quién es, ni sus iniciales, ni tan siquiera su rostro. A mí me parece bien que se quiera preservar la intimidad de un médico que ha cometido tal cadena de errores que, conociendo como está de caliente el personal con este asunto, conllevarían un casi seguro linchamiento, pero lo que no es de recibo es que la consejera de Sanidad se ponga casi en un talante chulesco y prepotente y manifieste abiertamente que su departamento no piensa abrir ninguna investigación. Pues, qué quieren que les diga, ¿qué seguridad tienen los padres que a partir de ahora lleven a sus hijos a un centro de salud, en este caso el de El Mojón en Arona? Desde luego, como presenten alguna contusión, pónganle el cuño, preferirán hacerse más de 80 kilómetros para llevarlo al Hospital de La Candelaria o al Universitario.

En fin, señora Roldós, usted podrá estar muy cómoda en su sillón, en su acristalado despacho viendo la vida pasar, pero su cargo le implica tomar medidas cuando existe una negligencia tan flagrante como ésta. No culpe de todos los males a la prensa y mire dentro de su consejería, a ver quién o quiénes fueron los lumbreras que filtraron esa información a los medios de comunicación. Y repito, mal por nosotros por, en mayor o menor medida, excedernos en el lenguaje o en la riqueza gráfica, pero usted, como responsable de la sanidad regional, no puede quedarse de brazos cruzados, máxime cuando tenemos en Canarias una, por no decir la peor, atención médica de toda España.

1 comentario

Máximo Medina -

El corporativismo de los médicos no es nuevo, se viene macerando desde hace siglos. Hicieron el juramento de Hipócrates, pero ninguno más, salvo resguardarse unos a otros. Meterse con un médico es, además, un mal asunto, porque por desgracia tarde o temprano vamos a caer en sus manos y serán ellos los que nos aliviarán nuestras enfermedades y en algunos casos incluso nos curarán. La profesión de médico está supravalorada por el simple hecho de que trabajan con vidas humanas. Lo de Roldós es otra historia. Consejera hermética donde las haya, de su departamento no trasciende nada. A tal nivel que sale cualquier encuesta de listas de espera y es capaz de desmentirla con documentos previamente cocinados por los que llevan nuestros designios durante unos años. En la Sanidad, si te quejas, malo; y si no te quejas, más malo todavía. Es decir, carecemos de una solución razonable incluso en un plazo medio, que no inmediato. Por todo ello, no es nada extraño que la consejera haya salido en defensa de sus médicos y de cualquier otro que forme parte de su Consejería, aunque, eso sí, sin saber quien filtró el informe de la discordia a los medios de comunicación. Por cierto, se diagnostica malos tratos y unos llegan a confirmarse y otros, no. Con estos últimos, ¿no pasa nada? Pues no. Viva un mundo feliz y en paz.