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Desde mi escaño

La Davis y el ministro de Deportes...ausente

La Davis y el ministro de Deportes...ausente

¿Para qué quiere España un ministro de Deportes? Supongo que será para que, entre otras razones, esté donde se juegue un título importante para nuestra nación. Pero no, el titular de esta cartera, que es curiosamente el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sigue teniendo una especial alergia por todo aquello que represente victorias para aquellos que visten la roja y amarilla. Él, nuestro jefe del Ejecutivo, prefiere ir a ver los éxitos del Barcelona, ya sea en Roma, en Valencia o París, pero huye descaradamente de las citas donde juegan nuestros deportistas cuando estos van en representación de España y no de un club en concreto.

 

España, por mucho que le pese a Zapatero, ya es toda una potencia por derecho propio en tenis, cuatro Copa Davis en una década es un registro que está a la altura de hitos como los cosechados decenios atrás por países como Estados Unidos o Australia. De acuerdo que en los cruces hemos tenido suerte, aunque también es verdad que Israel, una perita en dulce, se cargó a una de las grandes favoritas como Rusia y los checos, ahora en la final, han tenido muy mala suerte porque, de haber perdido David Ferrer en su primer partido, la jornada del domingo hubiese sido más que decisiva. El 5-0 responde más a una caída de brazos de los centroeuropeos, aunque está claro que la calidad de los chicos de Alberto Costa ha hecho lo suyo, qué duda cabe.

 

Pero insisto, no sé qué tendría en la agenda de hoy el presidente del Gobierno, pero ya es sospechoso que se haya perdido dos finales de manera casi consecutiva. La primera, en Polonia, con la final de Eurobasket y la segunda, más cerca de la Moncloa, esta eliminatoria por el título ante los checos. De verdad, no se puede asumir una responsabilidad y hacer una dejación de representatividad tan flagrante. No sé, es como si a las negociaciones entre patronal y sindicatos y se desea la representación a altas instancias del Ejecutivo, los ministros de Economía y Trabajo delegasen en sus segundos de a bordo. ¿No tendría lógica, verdad?

 

En fin, España, como decía al principio, es toda una potencia en tenis, amén de otros deportes, pero eso no parece ser mérito suficiente para que el presidente del Gobierno, que también es el ministro de Deportes, tenga tiempo o espacio para acudir a presenciar las gestas de los Nadal, Ferrer, Verdasco, Feliciano, Ferrero y compañía. Seguro que si llega a ser la final de la Champions halla hueco de donde sea o suspende la comida dominical con Sonsoles.

1 comentario

Lewis Rogers -

Al ministro de Deportes le van las cosas importantes, y la Copa Davis no suscita tanto interés desde que aw había ganado en tres ocasiones. La cuarta, des este fin de semana, no es un logro tan importante. Lo mismo que el baloncesto, habiendo sido campeones mundiales, como que europeos es bajar un escalón. ¿No será, digo yo, que con el Estatut tal como está eso de ir a Barcelona como que a Zapatero no le cuadraba? Pudiera ser, pero es que los Nadal y compañía eran tan superiores a los checos que ir a la final era sólo coleccionar un acontecimiento más. Cuatro David en diez años, desde 2000 hasta ahora, un balance que demuestra el nivel del tenis español en el mundo. Nadie, incluido Federer, se quiere medir con los nuestros. Han mejorado hasta en el pista rápida. En tierra, ni siquiera gastar una letra en lo que a superioridad se refiere. Y el ministro de Deportes, a la sazón presidente del Gobierno, librando...