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Desde mi escaño

Opositores a estafadores

Opositores a estafadores

Sin dar nombres, aunque parece que son bastante conocidas en el sector, hay un grupo de empresas nacionales dedicadas a la impartición de clases de oposiciones que se han revelado como una auténtica estafa, tal y como en su día sucedió con el ¿revolucionario? método de Opening, esa academia que ofrecía flexibilidad de horarios a sus alumnos para que aprendiesen inglés y que, tiempo después, dejó a la gente empantanada, con créditos solicitados y que, encima, tenían que seguir pagando, pues la fórmula de estos genios de los tranques comerciales es no pillarse los dedos, al menos en primera instancia.

 

Y es que ya son varios los alumnos que han salido rebotados de dos centros situados en pleno centro histórico de Santa Cruz de Tenerife puesto que las grandes promesas que hacían antes de contratar sus servicios no se correspondían posteriormente con la realidad. Es evidente, nadie regala euros a 50 céntimos, pero cuando la necesidad laboral aprieta y la única salida posible parece la del trabajo público, siempre hay personas con pocos o nulos escrúpulos, capaces de engañar al más pintado, máxime si uno ve que se trata de un centro con implantación en todo el territorio español y la publicidad que le llega habla de una empresa líder en el sector de las oposiciones. Sí, una fachada muy bonita, pero todo vano en el interior.

 

Estos amigos, que se sitúan entre las estaciones del tranvía de Teatro Guimerá y Fundación (como verán soy bueno y no doy nombres, ya que no tengo en mi poder las miles de denuncias que han recibido, pero sí quiero ayudar en cierta manera a que los posibles usuarios descarten esas academias de su elección para prepararse las convocatorias oficiales), evitan darte información de sus servicios vía Internet o por teléfono. A ser posible, convocan un nutrido grupo donde, con técnicas más o menos manipuladoras, tratan de convencer a los incautos de que su método de preparación es totalmente innovador. Y tanto que lo es, porque para empezar no hay clases, sino una especie de pseudotutorías en las que el supuesto preparador, en determinadas ocasiones, se limita a tirar de manual para responder las dudas del alumno. Los temarios, en función de la oposición que se haya decidido hacer, suelen estar contagiados con el peligroso virus de la desactualización, con lo que el estudiante puede llegar con varios errores al examen y meter el remo hasta el fondo.

 

Pero esto, con ser denunciable al 100 por 100, no es nada si se compara con el hecho de que se suele exigir un pago único, hablamos de unos 2.000 euros de media al año o, en el mejor de los casos, cómo no, la formalización de un crédito, lo que al final supone más carga financiera para el alumno. Y, de propina, en determinadas ocasiones, no te informan de que existe un temario común, la espina dorsal de buen opositor, para varias oposiciones, puesto que hay una serie de temas clave, que caen en todas las convocatorias, sea la administración que sea, y siempre hay más posibilidades de enlazar un puesto de empleado público a nivel nacional, regional, insular o local. Pero claro, se guardan muy mucho de contarte ese chollo porque no les interesa que acabes pronto. Su business está precisamente en eso, en mantenerte al menos dos años opositando, así gana el banco y ganan los responsables de estas dos academias. Esperemos que entre todos logremos ahuyentar de una vez por todas a estos estafadores y quedarnos con las academias buenas y excelentes, que las hay, sin duda.

1 comentario

Máximo Medina -

Con la llegada de la democracia, hace ya treinta años, vamos que no fue ayer, España se ha convertido en un país donde la ocasión la pintan calva. En el territorio nacional, incluida Canarias, faltaría más, se ha situado una serie de grupos que ofertan determinados servicios a unos precios acorde con su mercado, pero luego, cuando uno profundiza en cualquiera de esas ramas, se encuentran con que no existen tales servicios, ni tan siquiera el mercado. Si, además, se ponen todos de acuerdo, eliminan la competencia, por lo cual a un usuario le da lo mismo solicitar un servicio en un lado o en otro. ¿Por qué sucede todo esto? Pues muy secillo, España se convertido en un país tan liberal que ni siquiera es necesario el control. Las leyes siempre estarán ahí, pero como bien señala el dicho popular, 'hecha la ley, hecha la trampa'. Sin inspecciones rigurosas y llevadas a cabo por profesionales, no por amiguillos de los políticos de turno, seremos el hazmerreír de toda Europa y por extensión del mundo. Y luego nos piden competitividad y lo que es mejor... sin preparación. Mi madre, qué futuro más negro nos espera.