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Desde mi escaño

Vic hace frente a los desmanes inmigratorios de ZP

Vic hace frente a los desmanes inmigratorios de ZP

Arrecia la polémica y las acusaciones de xenofobia por parte de las ONG hacia el alcalde de Vic, Josep María Vila, así como del Gobierno y de los sindicatos, por aprobar una medida que impedirá a partir del mes que viene que los inmigrantes sin papeles puedan empadronarse en el municipio catalán. Sí, como auténticas fieras se han arrojado contra el primer edil barcelonés por tomar una decisión que, permítanme ustedes, no hace más que demostrar que vela por proteger primero a quienes realmente necesitan las ayudas en esta localidad.

 

Quien quiera ver un gesto de racismo o de rechazo al extranjero supone, directamente, querer ir más allá de lo que es una postura coherente. Lo que sucede, sin embargo, es que algunos consideran que sus descerebradas decisiones como la de la política indiscriminada de papeles para todos ha de llevarse a cabo hasta en el último rincón de España, pero que la factura la pague cada municipio. Y eso, queridos amigos, queda muy bien sobre el papel, pero luego quienes apechugan con las consecuencias son consistorios pequeños como este de Vic.

 

Insisto, ojalá pudiéramos dar abrigo, cobijo y trabajo a todas y cada una de las personas que llegaran hasta nuestra ciudad, independientemente de su raza, creencia o procedencia. Es de buen cristiano y de persona de bien ayudar a quien más lo necesita, de eso no me cabe la menor duda. Pero también es verdad que Vic, como muchos otros ayuntamientos de España, atraviesan por una situación de crisis en la que los recursos sociales, si siempre han sido limitados, ahora lo son mucho más.

 

Son demasiadas las personas empadronadas en cualquier localidad de nuestra geografía que difícilmente puedan llegar a obtener esa ayuda y lo que ha pretendido hacer el alcalde de Vic es, precisamente, evitar que el problema se agrande. No es que estemos hablando de que el señor Vila haga de su pueblo un hotel o una pensión donde se reserva el derecho de admisión o que, sencillamente, se hayan cubierto las plazas, sino que defiende los intereses de sus administrados y entiende que seguir abriendo las puertas a más personas sin recursos, cuando aún quedan por cubrir las carencias de quienes ya estaban en la cola, pues no tendría lógica alguna y sería cumplir esa máxima de vestir a un santo desvistiendo a otro.

 

En fin, que la señora Fernández de la Vega, el señor Corbacho o Cayo Lara pueden hablar y no parar sobre leyes y sobre lo que puede o no hacer un Ayuntamiento. Si este Gobierno hubiese previsto primero los medios económicos de los que disponían todas las partes implicadas a la hora de hacer frente al fenómeno inmigratorio, entonces igual no se hubiese lanzado tan alegremente a lanzar mensajes de regularización masiva. Es muy fácil criticar al señor Vila o al Partido Popular de ser pequeños Le Pen o discípulos avezados de los nazis, pero eso es querer reducir interesadamente la cuestión y querer eludir la responsabilidad (o irresponsabilidad) contraída al anunciar propuestas sin proyección a corto/medio plazo. Aquí nadie, yo el primero, está diciendo que haya que arremeter contra el extranjero sin papeles, pero también habrá que tener en consideración que las arcas de un consistorio son escasas y si no se da avío con las necesidades actuales, ¿cómo se podrá entonces sobrellevar que la lista de peticiones de ayuda social siga incrementándose? De alguna manera habrá que poner remedio, aunque sea con una medida tan extremista como impopular.

2 comentarios

Miguel Torrentó -

Ya era hora de que alguien en este país ponga pie en pared y frene el bienestar ajeno en favor del de su propia gente. Porque digo yo que esto de acoger a todo el que venga de fuera queda muy bien y sería maravilloso, pero cuando no se puede no se puede,y menos a costa del bienestar de los de casa. Me parece además impresentable que estos políticos que sólo quieren figurar de cara a la galería hagan la vista gorda sobre la ilegalidad de estos extranjeros. ¿No debemos cumplir y respetar todos los españoles y residentes legales las leyes de este país? ¿A que viene este doble rasero para los inmigrantes ilegales? Esta claro que todo esto es de cara a la galería para perpetuarse en la política. Señores... que somos buenos, pero no tontos.

Máximo Medina -

Cualquiera sabe si estamos ante una nueva estrategia electoralista de los socialistas, porque la coherencia brilla por su ausencia en un partido que desde Madrid habla en una sintonía y en algunos ayuntamientos confunde la partitura. Creo que estamos ante un problema estrictamente económico y de ahí que municipios pequeños traten por todos los medios, sean del signo que sean, de evitar gastos que deberían ser abonados con un dinero que no tienen. Los ayuntamientos españoles estaban financiados en su gran mayoría con las licencias de obras de la construcción y al irse el sector al garete se han quedado mirando para el cielo. De ahí que traten de eliminar partidas a las que no pueden atender y, quizás, de ahí también la postura que ha tomado el consistorio de Vic. Obviamente, los poderes públicos están para atender al máximo número de personas posibles, pero dentro de un orden, justo como harían nuestros vecinos comunitarios. En España existe actualmente una bolsa de pobreza grande y también otra de inmigrantes que se han quedado en la calle, como muchos españoles, por la crisis económica. Se debería ayudar a pasar el mal trago a todos, pero si no hay financiación para el colectivo, ¿qué hacer? Vic ha tomado una decisión. Simplemente. Lo que está en tela de juicio es si es la correcta o hay cierto tinte de xenofobia. Si usted sólo puede mantener a su familia y no se puede permitir el lujo de ayudar a un vecino o incluso un extranjero, a la situación ¿se le puede llamar xenofobia? Sin duda habrá opiniones para todos los gustos. Eso sí, la medida del municipio no deja de ser polémica e impopular, porque en el Primer Mundo no suceden estas cosas que están pasando en España.