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Desde mi escaño

Canarias, al socaire meteorológico

Canarias, al socaire meteorológico

He preferido dejar que pasaran unos días después de la tormenta que sufrimos en el Archipiélago hace unos días y que provocó, por ejemplo, que la isla de Tenerife sufriera por segunda vez en menos de un año una situación de cero energético, es decir, que nos quedásemos sin suministro eléctrico entre tres y nueve horas, según la zona. Sí, puedo convenir que cuando llega un frente de las características que padecimos desde el martes en la tarde hasta las últimas horas del jueves sea normal que determinados servicios queden mermados, pero no resulta lógico ni comprensible que después de los refuerzos eléctricos que hubo tras la tormenta tropical Delta, sólo hace falta darse un salto por esa autopista del Sur para observar los mamotretos que nos han colocado, a las primeras de cambio nos volvamos a quedar sin fluido y rezando para que no llegase la noche y volviéramos a pasar una velada a la luz de las linternas o de los candiles.

En este aspecto debo de coincidir y coincido con las declaraciones realizadas por el vicepresidente del Gobierno de Canarias, José Manuel Soria, quien manifestó muy acertadamente que, independientemente de la virulencia de los fenómenos meteorológicos, habrá que empezar a tomar medidas en serio, que no se puede estar continuamente al albur de lo que digan los del no a todo. Sí, la ecología, la protección del medio ambiente resulta esencial, máxime en unas Islas tan frágiles, territorialmente hablando, pero hemos de tomar medidas para evitar dar una imagen tan lamentable, que a las primeras de cambio nos quedemos totalmente aislados. No hay que olvidar que vivimos por y para el turismo y esto, aunque no se crea, ha generado un cierto rechazo y comentarios negativos, pero ya no tanto por el tema del temporal en sí, sino que nuestro sistema eléctrico es más endeble que el papel de fumar.

Y miren, no sé si la construcción del Puerto de Granadilla puede o no ayudar a que mejore subsidiariamente el sistema energético de Tenerife, pero hay que tomar cartas en el asunto. Desgraciadamente, el Archipiélago, al ser un territorio tan pequeño y tan fragmentado, no resulta atractivo para la competencia energética, seguimos dependiendo en exclusiva de Unelco-Endesa y eso provoca que muchas veces el mantenimiento no sea tan preciso como debiera. Ojo, que no acuso a los responsables técnicos de esta empresa de no hacer su trabajo, pero igual no están empleando los medios necesarios o el personal suficiente. Aún recuerdo las palabras del entonces máximo responsable en Canarias de esta empresa, el señor Plans, en una rueda de prensa para explicar todos los daños acaecidos con la tormenta tropical Delta, anunciando una burrada de millones de inversión para mejorar la red eléctrica y evitar que sufriéramos nuevas deficiencias a la hora de recibir la luz en nuestras casas, en los trabajos o en la calle. Pero nada, las palabras se las llevó el viento, nunca mejor dicho, y los millones, o no llegaron en su totalidad a las Islas, o se han infrautilizado. Sea como fuere, bien hará el Gobierno de Canarias y los Cabildos en pedir máximas responsabilidades a Unelco, aunque, sorprendentemente, y no sé en base a qué, el señor alcalde de Santa Cruz de Tenerife, Miguel Zerolo, ha declarado que no considera que esta vez sea la compañía culpable de nada. ¿Ustedes lo entienden? Yo no.

3 comentarios

pepe gonzaga -

Hombre, no creo que, en este caso, tengan la culpa "los del no a todo", más que nada porque el soterramiento del cableado es la opción más ecológica y demandada desde hace tiempo, pero también la más cara y eso, lógicamente, no le interesa a una empresa que tiene grandes 'amigos' en el poder local y regional y que no tiene ningún tipo de competencia. Caciquismo forever.

público afectado -

En Las Palmas de Gran Canaria seguimos esperando conocer el resutado del EXPEDIENTE SANCIONADOR al Ciclo Integral del Agua por haber incumplido y OCULTADO a la población, a las autoridades sanitarias y los consunidores y usuarios DURANTE CINCO AÑOS (2005, 2006, 2007, 2008 y parte de 32009) que las aguas que se suministraban, facturaban y cobraban NO ERAN APTAS PARA CONSUMO HUMANO, cometiendo además con ello un FRAUDE A LOS CONSUMIDORES Y USUARIOS DEL SERVICIO PÚBLICO. El titular sería el mismo: EL GOBIERNO DE CANARIAS Y EMALSA ELUDEN RESPONSABILIDADES, ¿hasta cuando? Ya supuso, en el caso Unelco, una buen aviso los incidentes del DELTA, que diga ahora el Presidente Rivero cuáles han sido sus gestiones desde entonces para evitar que los incidentes se repitieran. Madre de Dios, en qué manos estamos!

Máximo Medina -

Unelco-Endesa solucionaría muchos de sus problemas en Canarias si tuviese todos los tendidos eléctricos soterrados y no a manos de un viento que puede cambiar en minutos y en contados días de año, pues estas incidencias no llegan ni a la semana anual. Pero es que hay cuatro gotas y ya se empiezan a observar cortes por aquí y por allá. La energía es vital en nuestro sistema de sociedad y mucho más si estamos amparados en el sector Servicios (turismo). ¿Se suponen los comentarios de nuestros visitantes tras varias horas sin energía? Vamos que es como si cada vez que nevara en alguna parte de la Península se fuera la luz. Además, es la tercera vez que ocurre esto en los últimos años y es hora de que las autoridades pongan coto a semejante improvisación. Si la compañía no es capaz de garantizar los servicios cuando las cosas se complican, pues los gobernantes tienen la obligación de buscar otras opciones. La eléctrica tiene un contrato con cada uno de sus clientes y no puede ni debe agarrarse a las inclemencias meteorológicas cuando su plan no funciona. Las inversiones previstas para que esto no volviera a ocurrir o no se han llevado a cabo o no han servido para mucho. En ambos casos se impone tomar una determinación de seguridad en lo que a suministro energético se refiere. En pleno siglo XXI y con la potencialidad turística de las Islas no se deben permitir estos desaguisados. Y es que sin energía, aunque no queramos, volvemos a la edad de piedra.