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Desde mi escaño

Crimen legalizado y celebrado

Crimen legalizado y celebrado

El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero lo ha conseguido. Después de muchos meses luchando a brazo partido para poder sacar adelante su polémica, controvertida y hasta sospechosamente inconstitucional reforma de la ley del aborto, por fin, gracias a los apoyos de la izquierda y de todo el arco parlamentario nacionalista, puede colgarse la medalla de convertir al Ejecutivo en la nueva cara de Herodes, el asesino de los niños. Porque sí, señores, lo aprobado en el Congreso de los Diputados, con el refrendo incluso en el Senado, supone hasta extremos insospechados la verdadera barra libre para que quienes se hayan quedado embarazadas puedan acudir a una clínica abortiva y deshacerse del ser engendrado en su interior. Toda una declaración de intenciones del gabinete ZP, con las nada disimuladas alegrías de las señoras De la Vega, Aído o Jiménez, todas ellas, curiosamente, que no han sido madres (y en el caso de la vicepresidenta, qué quieren que les diga, ya no está ni para tener tataranietos).

Lo peor de todo, sin embargo, es la hipocresía de la que ha hecho gala el propio presidente del Gobierno español, que se atreve a decir ante las Naciones Unidas que él está por la vida, por la defensa de los Derechos Humanos y que nadie puede arrebatarle, perdón por la redundancia, ese derecho a la vida a otra persona. Pero, qué ironía, cuando toca ponerse a legislar en casa o condenar las muertes políticas que se están produciendo en el régimen tirano castrista, la respuesta es ahuecar la voz y ni una sola condena explícita y con lo del aborto, ya ni les cuento, es como si esa reforma hubiese salido de la nada, por generación espontánea. Hay que tener cara y encima mostrarse orgulloso de ello.

Ahora, como última opción, más hipotética que otra cosa, porque en realidad no va a ser así, queda que, en un arranque de honradez, de conciencia moral, Su Majestad, el Rey Don Juan Carlos I, decidiera abdicar de sus responsabilidades y se negase, por ende, a firmar esa reforma legal. No lo hará, estoy convencido de ello, porque nuestra Monarquía, desde hace ya muchos años, está fuera y muy alejada de la esfera de la realidad. En realidad, la única esperanza a la que podemos agarrarnos es que los colectivos provida comiencen a organizarse debidamente y, aparte de las grandes concentraciones que tienen previstas para el domingo 7 de marzo en prácticamente todas las grandes ciudades de España, que no sólo se contenten con una movilización en medio del desierto, sino que estás demostraciones de estar en contra de lo que ha perpetrado el Ejecutivo sean, al menos, igual de masivas y ruidosas que cuando el colectivo de los cejateros iban tras las pancartas del Nunca Mais y del No a la Guerra. Y, de paso, que cuando haya un cambio de Gobierno en España, que al partido que entre en lugar del PSOE, no se le olvide que tiene una prioridad perentoria e ineludible con quienes defendemos el derecho a la vida.

3 comentarios

Máximo Medina -

Me da la impresión de que con la polémica del aborto estamos pinchando en hueso. A la gente, en general, no le preocupa mucho la mencionada ley de interrupción del embarazo tanto como el trabajo, los sueldos o los impuestos. Se me puede tachar de pesetero (o eurero), pero es que el aborto ha sido tomado por este Gobierno y algunos otros como una especie de anticonceptivo si los demás fallan. Y no, no eso, aunque muchos lo vean así. Lo único que parece claro en todo este embrollo es la tranquilidad que ahora van a tener las clínicas abortistas, muchas veces en peligro de que pudieran ser tachadas de centros delictivos. Por lo demás, no creo que sea un derecho de las mujeres, tampoco que los padres no tengan nada que ver en el asunto y, finalmente, que no es obligatorio abortar, que parece que con la ley las mujeres están menos que obligadas, porque si no no mola. Cortina de humo, sí, me suena a eso o por lo menos presenta muchas sospechas. Y el PP a ver qué hace si llega al poder. Porque en la época Aznar...

Jesús García Piñero -

Para crimen celebrado las barbaridades de Aznar en Irak. Una guerra contra la que estaba más del 90% de la población española. Una más de las tropelerías organizadas por el peor presidente de la historia de los Estados Unidos.
Eso sí que es crimen.

Rita Bericart -

¡Nosotras parimos, nosotras decidimos!