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Desde mi escaño

Liga española, más emoción, imposible

Liga española, más emoción, imposible

La Liga española de Primera División se ha puesto más al rojo vivo que nunca. Todo, absolutamente todo, a excepción de la tercera plaza, que es propiedad del Valencia, se jugará en una última jornada que promete ser de auténtico infarto. Sí, será todo el topicazo que uno quiera, pero lo cierto es que la tarde-noche del sábado (que será cuando probablemente se juegue el grueso de la trigésimo octava fecha del campeonato por mor de la final del miércoles de la Copa del Rey) va a ser la de los transistores, la de los bares (aquellos que económicamente puedan permitírselo) con tres y cuatro televisores encendidos a la vez y la de unos aficionados que, en el caso de blaugranas y merengues, celebrarán y penarán, o a la inversa, por un título liguero; mallorquines y sevillistas por la cuarta plaza de la Champions; Villarreal y Getafe por el puesto vacante en la Liga Europa y, cómo no, el gran drama, el del descenso, con cinco equipos para tres plazas, el Xerez, que debe ganar y esperar las derrotas de Málaga, Tenerife y Valladolid, estos tres equipos y el Racing de Santander.

 

Yendo por partes, lo más sencillo se resuelve en lo tocante al entorchado liguero. Si el Barcelona saca el mismo resultado que el Madrid, el campeonato se marcha para Canaletas. Si los de Guardiola empataran o perdieran en su casa con el Valladolid, extremo éste casi imposible, los madridistas tendrían su ocasión de oro para alzarse con el torneo regular, siempre y cuando vencieran a los malacitanos. Cualquier resultado que no sea un triunfo para los de Pellegrini, implica que el líder y campeón será el Barça.

 

Para la cuarta plaza de la Liga de Campeones, sinceramente, tampoco es necesario sacar la calculadora. De vencer el Sevilla, éste es el que logra su clasificación para la máxima competición continental. Un empate o una derrota en Almería de los de Álvarez facultaría al Mallorca para, en caso de vencer al Español, meterse entre los cuatro primeros y dejar a los hispalenses con la miel en los labios. En principio, almerienses y catalanes no se juegan nada, pero es evidente que los dos equipos han demostrado en las últimas jornadas que, pese a tener cumplido el reto de la permanencia, no han regalado puntos.

 

La Liga Europea, al margen de que en ella se meterán por derecho propio Sevilla y Mallorca, tiene su lucha final con duelos Atlético de Madrid-Getafe y Zaragoza-Villarreal. Los del Sur de Madrid dependen de sí mismos para ser sextos en el campeonato y ocupar la última plaza que da derecho a jugar este torneo de nuevo cuño. Sin embargo, los amarillos castellonenses esperan un empate o derrota de los de Michel para que, en caso de sacar una victoria en La Romareda, situarse por delante de los azulones.

 

Y, finalmente, el espectáculo más esperado para los amantes del drama, terror y suspense, el fantasma del descenso. Si todo se valorase a la trayectoria de las últimas jornadas, de los cinco implicados en el ajo, el que menos merecería el castigo de bajar a Segunda División es el Xerez. De 7 puntos en la primera vuelta, ha sumado 26 en este tramo final y pueden ser 29, siempre y cuando obtenga el triunfo en el Reino de Navarra. Sin embargo, no sólo tiene que ganar el cuadro de Gorosito, sino que además han de ayudarle las derrotas de Valladolid, Málaga y Tenerife. Las dos primeras, a priori, sencillas, la del Tenerife, jugándose el todo por el todo en Valencia, más compleja. Aun así, chapeau para la labor del preparador azulino que, de un cuadro cadáver, ha logrado un once de garantías para volver pronto a la Primera División. El verdadero lío, dando por hecho el descenso del Xerez, va a estar en las otras dos plazas. Lo más fácil, visto desde lejos, es que el Racing se salve. Recibe en los Campos de Sport del Sardinero al Sporting de Gijón, con un técnico, Manuel Preciado, muy querido en la tierra y éste, nunca lo ha ocultado, siente debilidad por el club que le dio oportunidades de jugador y entrenador. A buen entendedor…

 

El nudo gordiano va a estar en el Nou Camp, La Rosaleda y Mestalla. Muchos, la gran mayoría, pensamos que el Barcelona ganará al Valladolid, aunque la presión de no descender motiva incluso más que la de alzar la Liga. En Málaga, por ejemplo, se puede dar la circunstancia de que el Real Madrid salga muy motivado y, en función del resultado en la Ciudad Condal, se deje llevar por la corriente y acabe perdiendo. Eso es lo que, lógicamente, no desea el CD Tenerife. Los de Oltra, que perdieron una ocasión de oro ante el Almería, tienen muchas bazas para quedarse en Primera, incluso con el empate, pero irán por los tres puntos y, en su particular línea de pensamiento, desearán fervientemente que el Valladolid pueda ir empatado durante varias fases del partido ante los blaugrana para que así los merengues se merienden al Málaga.

1 comentario

Lewis Rogers -

Las Ligas profesionales de todo el mundo quieren emoción hasta el último minuto y a fe que la Primera División del fútbol español lo ha logrado. Un pleno por todo lo alto cuando llegamos a la última jornada y no sabemos quién va a ser el campeón y lo que es aún más difícil, se desconoce que tres equipos se marcharán a la Segunda División. Con emoción (Seat basa toda su campaña publicitaria en ella) y trascendencia en juego, los índices televisivos de audiencia suben como la espuma y el negocio de los partidos aumenta incluso en las apuestas de las preferencias de cada cual. Si todo esto se hubiese resuelto hace un par de semanas, esto sería un muerto difícil de aguantar. Las ligas españolas, y europeas en general, deberían aprender de los negocios americanos en este mismo segmento. Conozco bien el caso de la NBA y allí cuando hay rivalidad e igualdad las audiencias suben, sobre todo si es en mercados grandes como Los Ángeles, Boston, Florida o Texas. Cuando una final no la esperada por el público en general se traduce en una caída de audiencia por televisión increíble. Pero el negocio funciona allí como empresas particulares. No hay déficit por temporada y si una franquicia no llega a los 15.000 espectadores de media por partido durante tres temporadas, su propietario puede venderla o traspasarla a otro Estado, caso de Seattle que se marchó a Oklahoma. Allí no sube ni baja nadie y todos los equipos ofrecen espectáculo, cada cual a su manera. Lo de la Liga española este año ha sido excepcional y mucho más con un Mundial a un mes vista, pero no crean que será la panacea de nuestro fútbol: hay equipos con déficit más abultados que Viajes Marsans y tarde o temprano tendrá que ajustarse el cinturón. En ese instante puede que asistamos a la caída de históricos a Segunda División. Mientras se vende emoción y trascendencia. Justo lo que ellos querían.