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Desde mi escaño

España sí, La Roja, no

España sí, La Roja, no

España sí, La Roja no, este es el lema que propongo a la hora de referirnos a nuestra Selección Española de Fútbol ante el virus contaminante que se ha instalado en nuestro país y que se ha empeñado en denominar al combinado con ese sobrenombre de La Roja cuando hay muchos otros equipos nacionales que llevan ese color en su camiseta (Chile o China, por poner unos ejemplos). Habrá quien piense que ese apelativo tampoco crea excesiva confusión, que todo el mundo sabe perfectamente que nos podemos referir a España cuando hablamos de La Roja, pero ese no es el punto de debate. De lo que realmente estoy convencido es de que determinados personajes prefieren borrar toda relación a la españolidad, quitarle identidad al cuadro que ahora entrena Vicente Del Bosque y dejarla con un epíteto de roja cuando, en todo caso, siempre ha sido conocida popularmente como la Furia Española.

 

Posiblemente, este paralelismo, amén de querer fulminar cualquier mención a España, español, etcétera, viene influenciado por lo que sucede en otras naciones como Francia, donde al cuadro galo se le conoce como les bleus o en Italia, donde su once son los afamados azurri o en Brasil, la canarinha. Sin embargo, ese apelativo de La Roja nunca se ha empleado en nuestro suelo patrio y sólo ha venido utilizándose con cierta asiduidad desde que el canal privado Cuatro empezase en el Mundial 2006 a emplear ese término y que, en cierta medida, ha calado entre la sociedad por mor de un machaqueo constante.

 

Pero eso es lo que hay que evitar, que caigamos en esa fuerza de la costumbre y que al final nos habituemos a un simple La Roja en vez de gritar con todas nuestras fuerzas eso de España, España y España. A determinados políticos, acomplejados, de mentalidad estrecha o con ambiciones independentistas, les resulta más cómodo emplear términos que simulan ser sinónimos amables, edulcorados y disfrazados de la idea de ser español. No hay más que escuchar al presidente del Gobierno, ZParo, cuando intenta evitar toda referencia a España hablando de Estado, de país o de nación. Alguien que no cree en la idea de España como conjunto y que encima tiene a su cargo la Presidencia del país, es evidente que busca fórmulas que le intenten sacar del atolladero lingüístico, pero ya no cuela.

 

Determinados patrocinadores han apostado por ese La Roja como emblema principal para referirse a nuestra Selección Española, pero tarde o temprano todo volverá a su cauce porque no hay que avergonzarse de tener siempre en nuestra boca y en nuestra lengua la palabra España. Esta es nuestra nación, en la que viven cerca de 50 millones de personas y quien no se sienta español…pues ya sabe lo que puede ir haciendo. Pero aquí estamos en España y, pese a quien le pese, somos españoles, no rojos.

1 comentario

Lewis Rogers -

Confundir política con identidad es un mal extendido no sólo en nuestro país, sino en muchos más. Por ello, cuando se habla de barra y estrellas todo el mundo sabe que nos referimos a USA o EEUU, pero tampoco me parece apropiado eso de La Roja, porque la única que yo conozco así es Caperucita, pero no una selección de fútbol. Por cierto, don Juan, en España hay mucha gente que no se siente ni sentirá española (inmigrantes y emigrantes así como turistas) y por eso no pasa nada. Otra cosa distinta es que maquinen para que España deje de serlo y se convierta en un batiburrillo de autonomías en el que todas intentan echar la pata por encima a la otra de al lado, pero sin fuerza juntas.

P.D.: ¿La furia tiene algún color? YO pensaba que era una forma de ser o actuar, incluso una actitud, pero no que fuera algo físico o que se pudiera constatar según parámetros prefijados.