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Desde mi escaño

España, a un paso de ser parte de la historia

España, a un paso de ser parte de la historia

España ya ha hecho historia, pero ahora falta pasar por encima de la misma, ser la historia misma ganando la final del domingo a Holanda. Por supuesto, adonde se ha llegado, ya es más de lo que habíamos alcanzado en todos los mundiales. Brasil, en 1950, nos vio ser cuartos, pero después todo han sido decepciones, cuartos de finales con gafes, árbitros y Salinas de turno fallando lo increíble. Los nuestros pueden cerrar un círculo sensacional con el triunfo logrado hace dos años en Viena y el domingo, si así los hados lo quieren, frente a una fantástica selección de Holanda.

Sea cual sea el resultado, ya hay algo seguro, que el 11 de julio de 2010 habrá un novísimo campeón del Mundo. Quizá el cuadro tulipán lo merecería tras dos finales jugadas y perdidas (Alemania y Argentina), pero los españoles ya van a por todas y si juegan como ante los germanos, no daría muchos euros por nuestros rivales. Pero esto es fútbol y no hay que olvidar que estos se cargaron a una campeona como Brasil y que han ganado todos sus partidos, un dato muy a tener en consideración.

España entera (aparte de irse de borrachera) ya tiene que sentirse orgullosa de una selección que, por fin, se ha olvidado de sesgos deportivos, de eternas pugnas entre compañeros. Los raulistas, una vez más, se tienen que esconder ante la evidencia de los hechos. Ha bastado con la no convocatoria desde hace cuatro años del siete merengue para que en el once nacional se respire un ambiente sensacional, sin crispación. En Alemania 2006, por ejemplo, fueron los mangoneos de Raúl los que llevaron a una división atroz, que nos hizo perder frente a Francia. Luis Aragonés vio claro cuál era la lacra y optó por extirpar el quiste. Su obra quirúrgica culminó con la victoria ante Alemania en la final de la Eurocopa y ahora Del Bosque, que ha mantenido el mismo criterio, está a 90 minutos de la gloria para toda una nación.

Por supuesto, ahora no hay tiempo que perder. En España se puede celebrar hasta la extenuación el pase a la final. En Sudáfrica, en cambio, no habrá tiempo para el disfrute. Estamos en esa situación que viven los escaladores o los corredores de maratón. Nos falta coronar la cumbre o un kilómetro para romper primeros la línea de meta. La concentración ha de ser máxima, sobre todo porque Holanda es una selección que ya ha rondado dos veces la victoria y dice nuestro refranero que a la tercera va la vencida. Aunque también es verdad que los gitanos no quieren a sus hijos con buenos principios y eso se lo puede aplicar España tras su derrota inicial con Suiza.

2 comentarios

Lewis Rogers -

España tiene que ganar el domingo. Si Holanda sale tan miedosa como Alemania no tendrá la menor oportunidad, porque tarde o temprano los goles llegarán (que sea más de uno, por favor). Ante los teutones, la selección dio todo un ejemplo de cómo se debe jugar con cabeza ante un rival tan duro. Defendió a las mil maravillas, muy bueno el trabajo de Busquets y Alonso, y el ataque estuvo protagonizado por los enanos brillantes, entre los que se incluyó (Del Bosque mente pensante) el tinerfeño Pedrito. La naranja mecánica se ha quedado solo en naranja y como Villa y Silva llevan años en Valencia sabrán cómo exprimirla. Y nosotros que lo veamos.

Luis Miguel Grandoso -

Historias al margen, que las hemerotecas están llenas de ellas, España ha logrado algo muy importnate en el fútbol del siglo XXI: hacer daño a sus rivales y no ser dañado. Es como el símil pugilístico: pegar y que no te peguen. Quizás lo único que le ha faltado al equipo dirigido por Del Bosque es el instinto asesino, ése que cuando aparece desmantela al más pintado, pero vaya en su favor que tampoco lo ha necesitado. El propio técnico alemán llegó a decir que España, a un partido, es capaz de ganarle a cualquiera y en eso, quizás, se basan las esperanzas españolas en la final del domingo. El edificio está hecho, ahora que el ladrillo está en declive, pero faltan los remates finales y en especial dar a la luz para que todo se ilumine. Creo que España está en disposición de conseguirlo y Holanda deberá esperar otros cuatro años o quien sabe si más. Los tulipanes han llegado a dos finales y han sido derrotados y el refranero, siempre sabio, indica que no hay dos sin tres. Por otro lado, el bloque español es mejor y más sólido, mientras que los dos mejores jugadores holandeses, Sneijder y Robben, abandonaron España en busca de oportuniades en Italia y Alemania. Vamos, que encima hasta se les conoce y, obviamente, sabrán como desactivarlos. No cabe duda de que llegar a una final de un Mundial es logro, pero España debe aprovechar la ocasión que puede no volver a presentarse en muchos años. La historia, paciente y sin prisas, nos espera. Será el momento de no decepcionarla.