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Desde mi escaño

Del paquete de papas a Los Limoneros

Del paquete de papas a Los Limoneros

¿Se les caerá alguna vez la cara a determinados políticos que, una vez les han pillado con el carrito del helado, siguen negando la mayor? Lo que ha sucedido en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, con la filtración a determinados medios de comunicación de un informe de la Intervención, período 2003-2007, deja bien a las claras que no hay un afán ético por parte de algunos de nuestros representantes en las corporaciones. El dinero que se distribuye entre los grupos para mejorar su actividad ha servido para justificar, por ejemplo, hasta un paquete de papas fritas. Sí, esa es la anécdota, una bolsa de fritos colesterosos, porque lo preocupante es que apareciesen en esa relación hasta pendientes, noches de hotel y comidas en Los Limoneros, uno de los restaurantes más caros de Tenerife.

Y miren ustedes, en un gesto de honradez, el diputado Manuel Fernández reconoció o tildó de despilfarro (“han dilapidado, han dilapidado” fue lo que dijo en una emisora) lo que habían hecho los concejales conservadores. Porque, señores, no nos engañemos. Aquí no vale esa máxima de que el otro gastó más en cosas que no tenían que ver con la actividad propia del partido en actividades municipales. Está muy bien que este informe haya salido a la luz pública y que todos sepamos adónde van los dineros que se le da a las formaciones políticas para labores propias de su ocupación.

Porque, eso sí, hay que aclarar un aspecto fundamental. No estamos hablando de corruptelas, de que alguien haya metido mano en la caja. No, no. El problema, lo decía el propio Fernández, es que cuando hubo que justificar los gastos, bien por desconocimiento o por no pedir las facturas correspondientes, los concejales tuvieron que recurrir a tickets y comprobantes particulares. Así sale, por ejemplo, el dichoso paquete de papas fritas, las noches de hotel, la comilona en Los Limoneros o las joyas (pero no las de la Corona).

Lo que sí mosquea en cantidad (por mucho que hoy Cristina Tavío llegase a cabrearse en directo en la antena de Radio Club Tenerife) es que los concejales compren material de oficina, paguen los recibos de móvil, transporte para acudir a entrevistarse con asociaciones de vecinos y no pidan las correspondientes facturas o no guarden los recibos.

Me parece sumamente vergonzoso tener que pasar a intervención gastos que son de mi vida privada. ¿Le importará mucho al señor interventor si yo he pasado la noche con fulana de tal o me di un homenaje gastronómico en un selecto restaurante? Creo que no, y mucho menos me gustaría que el conjunto de la ciudadanía lo sepa. Pero claro, una cosa es jugar con dinero propio, del que sale de tu cartera o tu bolsillo y otra es que esos euros sean de libre disposición y a justificar únicamente su dádiva, independientemente del uso que hagas de ellos.

1 comentario

Máximo Medina -

Un caso que se repite con demasiada frecuencia. Hya un ginero para gastar y, obviamente, hay que justificarlo. Sólo se pide eso, que se justifique en cualquier sentido. Habría que empezar por el principio y antes que nada saber por qué hay dinero del erario público que pasa a los grupos con representación local y que lo único que se exige para utilizarlo es que se justifique. El daño está hecho incluso antes de que se gaste, pues luego sólo se deben presentar facturas, porque en ningún caso el presupuesto será devuelto. Otra cosa es que los asuntos de palacio van despacio, porque que nos enteremos ahora de lo que sucedió en 2003, 2004 y demás, pues como que han tardado un poco en fiscalizarse las cuentas, aunque sin acusar a nadie de esa tardanza, que probablemente esté así en el reglamento. Al final termino en la pregunta de siempre, ¿sabe usted de algún plítico que elabore un a ley, un reglamento o algo que le perjudique? No sé por qué, pero me da la impresión de que no.