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Desde mi escaño

¡Toma talante!

¡Toma talante!

El alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Jerónimo Saavedra, da muestras de su talante democrático al amenazar aviesamente a su socia postiza de Gobierno, Nardy Barrios, de que o su grupo aprueba el Plan General de Ordenación o se rompe el pacto. Claro, esa es la valentía del político socialista, acabar con un acuerdo que para el PSOE no supone nada trascendente. Los socialistas barrieron en las urnas en 2007 y obtuvieron la mayoría absoluta. Lo que sucede es que quisieron premiar a Compromiso por Gran Canaria por ser el azote del Partido Popular durante la legislatura anterior (2003-2007).

Saavedra apunta que en esta cuestión el voto no es libre. ¿Y los principios democráticos básicos, señor alcalde, dónde quedan? ¿En el cubo de la basura? El juego de la política, estimado regidor de la capital grancanaria, no consiste, precisamente, en la imposición de las voluntades. Usted, engañosamente, siempre había sido tenido por una persona dialogante, con talante, con apertura de miras y consideración de puntos de vista discrepantes. Pero no, usted ha demostrado que es un intolerante de marca mayor, capaz de gobernar para sus intereses y haciendo falacias sobre lo que conviene o no a la mayoría.

Y cuidado, que tampoco es que tenga yo especial querencia por los ideales de Compromiso por Gran Canaria, especialmente por las derivas psicoparanoicas de la señora Nardy Barrios. Pero es verdad que si estamos en democracia lo que no es de recibo es coaccionar a un grupo político que ha sido puesto en las urnas por miles de ciudadanos. Compromiso, como cualquier otra opción política que tenga representación en el pleno de Las Palmas de Gran Canaria, tiene todo el derecho del mundo a discrepar, a defender su postura. Nadie le pidió ni le obligó a Saavedra a firmar un pacto de Gobierno postizo. Usted ya tenía los concejales suficientes. Pero claro, la cuestión había que revestirla de talante, de mano abierta a las voces que, según usted, habían sido tapadas y censuradas durante el mandato del PP. Y todo va bien mientras le den la razón, el sí por sistema.

Pues mala cosa es, Don Jerónimo Saavedra, que sus principios democráticos terminen donde empiecen los de las otras alternativas. Los socios de Gobierno en cualquier corporación no siempre tienen que estar de acuerdo en todo, pueden mantener diferencias, pero no hasta el punto de amenazar con romper un pacto. Pero insisto, usted, señor alcalde, juega con trampas porque sabe que no le hace falta el banderín de enganche de Compromiso. Sólo se llevó consigo a este partido para demostrar sus aptitudes de diálogo que se han revelado dictatoriales.

1 comentario

Máximo Medina -

Lo típico de la democracia española, donde no mandan los diputados, senadores, concejales o parlamentarios autonómicos, mandan los partidos, en esas formaciones, sus dirigentes. Hace poco vimos a Gutiérrez votar abstención en Madrid y el PSOE lo tiene en trámites para multarlo por no seguir las directrices de la dirección. Lo más extraño de todo es que si el cargo electo decide dejar su grupo, se lleva con él el escaño, con lo que podría votar lo que le diera la gana, desde el Grupo Mixto, pero tendría un futuro político más incierto que una margarita en el desierto. Y a esto lo llaman democracia, pero Saavedra también parece haberse dado cuenta de que puede disponer de los votos de los demás. Lo mismo ha llegado a soñar que Nardy Barrios está también en el PSOE. Otra cuestión que me viene a la mente: ¿por qué los políticos aprueban los planes generales de ordenación sin ni siquiera preguntar a sus electores? ¿No sería más correcto, más democrático, una consulta popular ante un asunto tan importante? Claro, que si hay otros intereses que no son políticos...