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Desde mi escaño

Granadilla: Tiempo perdido

Granadilla: Tiempo perdido

¿Qué está pasando con el puerto de Granadilla? Uno, e imagino que el resto de la población también, está totalmente desorientado con lo que se va a hacer en ese erial donde residen unos sebadales y no sé qué otros líquenes y batracios submarinos en general. Las obras de esta futura instalación industrial se han convertido en todo un expediente X, en un CSI tinerfeño que no sería capaz de resolverlo ni el investigador más sagaz. ¿Tienen razón los ecologistas cuando blanden los argumentos de que nos podemos cargar un espacio natural único? ¿O acaso los defensores de la instalación están en lo cierto de que los trabajos son necesarios y que, después de aprobado el catálogo de especies, ya no hay impedimientos legales?

Sea como fuere, lo cierto, lo único verdadero de esta historia es que estamos asistiendo a una romería, a un folclore de inicios abortados, de cuantiosos viajes de Los Verdes de aquí para allá con datos científicos en la mano sobre los desastres ecológicos que depararía la construcción de esta infraestructura en Granadilla. Y no digo que los ecologistas estén carentes de razón, pero más de uno ha pasado de ser ecologista a ecolojeta y, en el caso de Lanzarote, cuando un periódico sensacionalista británico dio la noticia de que a la isla de los Volcanes le iban a retirar el título de Reserva Mundial de la Biosfera, estos ejemplares salieron a la calle a denunciar los desmanes de los políticos...hasta que se demostró que la información era más falsa que Judas. Entonces, chitón y a otra cosa mariposa.

Reconozco que puede ser que me falten datos suficientes para valorar en su conjunto la conveniencia o no del puerto industrial de Granadilla, pero es que no he escuchado a ninguna instancia oficial, regional, estatal o europea pronunciarse en contra de la misma. Con matices, como todo en la vida, el proyecto ha tenido que ir corrigiéndose, pero es que esos defectos, esos vicios de forma son casi cosustanciales a cualquier obra de gran envergadura. Distinto es que alguien pretenda mamonear, económicamente hablando, o que calcule muy por debajo a la hora de presupuestar, como aconteció con el Auditorio de Tenerife, que salió más de cinco veces su coste inicial.

Pero, lejos de una cuestión económica, lo que sigo sin oír son reparos tajantes y contundentes de la Unión Europea a la construcción del puerto. El Ministerio de Medio Ambiente, en su momento, cuando Narbona era la titular del área, ya se manifestó a favor de la infraestructura. Si adujo ciertos defectos que había que subsanar, pero el proyecto era impecable. Entonces, como la instancia española falló para los intereses de los ecologistas, la guerra se trasladó a Europa y cuando la UE da vía libre, entonces ahora la pega es que el catálogo de especies aprobado es anticonstitucional. Y mientras discutimos si son galgos o son podencos, el tiempo va pasando y la economía canaria está perdiendo un tiempo precioso.

1 comentario

Máximo Medina -

Muchos peros, muchas circunstancias a favor y muchas en contra, pero mientras se discute todo, la instalación (y los presupuestos) siguen en el limbo de los justos. No es que nadie esté reflexionando acerca del asunto, tampoco que haya impedimentos más que notorios para evitar o eliminar la obra, no; simplemente está en estudio. Despues de tantos años, a mí ya meda igual que haya puerto de Granadilla como que no lo haya, pero si tan importante era hace unos meses, ¿cómo es que ahora nadie mueve una piedra en aquel paraje? Desde hace mucho tiempo siempre oí decir que Granadilla era vital para la provincia tinerfeña porque era la entrada del gas a las islas occidentales, mientras que Arinaga lo era para la provincial oriental. Pues bien, Arinaga hace años que está concluido, mientras que el Sur tinerfeño sigue a la espera de que se ejecute la obra. Si fuera por los ecologistas fanáticos o intransigentes seguro que no saldría adelante, porque estoy completamente seguro que se opondrían también al propio puerto de Santa Cruz si no estuviera ya ejecutado. Lo pero de todo este embrollo es que la ciudadanía, la que paga con sus impuestos, no tiene información acerca de lo que se pretende hacer con el puerto de Granadilla. La docmuntación, como siempre, estará en manos de unos privilegiados que si pueden jamás la harán pública. Por cierto, señor Velarde, se refiere usted al daño a la economía. Yo le preguntaría de quién, pues con un 30% de paro, las pequeñas y medianas empresas cerradas o a punto de cerrar y hasta pasando problemas las multinacionales (eso dicen ellas) ¿a qué economía favorecería el puerto de Granadilla? Es que hoy en día casi no existe o si queda alguna es menos de la mitad de hace sólo 24 meses.