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Desde mi escaño

Móviles por doquier

Móviles por doquier

¿Dónde está el negocio para las empresas de telefonía móvil que, supuestamente, regalan aparatos como si no costara? A día de hoy, ser cliente o no viene saliendo en muchos aspectos lo mismo. Si te das de alta con la compañía equis, te regalan un teléfono de última generación, pero si perteneces a la zeta puedes cambiar cada año de modelo sin coste adicional. Y pregunto, ¿para qué? ¿Hay necesidad real?

Me imagino que el truco debe estar en algún sitio, que tal vez cojan a los consumidores como conejillos de indias para experimentar la funcionalidad de cacharro en sí. Otro aspecto, sinceramente, no alcanzo a ver. El otro día, de hecho, hablaba de estas cuestiones con mi amigo Lewis Rogers y él me aseguró que, al igual que yo, sólo hemos tenido dos móviles a lo largo de todos estos años. La compañía suya y la mía, que es la misma, Movistar, nos han llamado innumerables ocasiones para ofrecernos nuevos terminales. No se cansan, oigan.

Pero no, nosotros no caemos en esa tentación de tener un aparato repleto de funciones. Sí, puede estar fantástico para los friquis de las nuevas tecnologías, pero nosotros sólo queremos un móvil para hablar, recibir llamadas y mandar sms. A veces pensamos que cualquier día los terminales van a venir equipados con vitrocerámica, nevera y lavadora. Sólo les falta eso, la función gastronómica para que ya dependamos 100% del aparetejo en cuestión.

La verdad es que si las compañías quieren estar a bien con sus clientes, no pongan tanto el acento en regalar móviles, sino empezar a ajustarse a las tarifas que existen en muchos países de la Unión Europea. No es que sólo las llamadas sean caras, sino que además los mensajes suelen salir por un ojo de la cara en comparación con lo que cuesta en los países de nuestro entorno. Y, ya puestos, a ver si mejora la atención con el clientes, especialmente cuando toca darse de baja, que todo son complicaciones.

1 comentario

Lewis Rogers -

La verdad es que amigo Velarde tras reflexionar un poco, no mucho que si no me quedo calvo, creo que truco está en que cuando los terminales (vaya palabreja porque si se le pone delante enfermo, lo tienes jodido) vayan teniendo más posibilidades, como inernet, correo o acceso a páginas determinadas de pago, el negocio se multiplica de forma exponencial. Vamos que a las compañias telefónicas les interesa y mucho cobrar más por sus propios productos, pero para ello es necesario que usted cambie de aparato, porque el que tiene seguramente no le valdrá para acceder a ese mundo de nuevas tecnologías (llevamos con este concepto o definición más de una década, ¿será que esas tecnologías nunca serán viejas?). Aparte de la intención de las compañías, me asombra que en plena época crítica se regalen aparatos como si nada, salvo que sea una inversión de futuro más o menos cercano. Por otro lado, estaría muy bien eso de un móvil que tuviera una manguerita que diera café. A don Antonio lo íbamos a fastidiar. Finalmente, habla usted de rebaja de tarifas. Pero cómo, ¿a estas compañías que son capitalismo salvaje le va a decir que ganen menos? No, eso no. Hasta ahí podríamos llegar. Y es que hay quien piensa que el progreso es ganar cada vez más. Pobres idiotas, porque el dinero no les va a valer en el otro barrio. O eso espero.