Manos Unidas y Sarrautte

Manos Unidas ha sido galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en su lucha por combatir la pobreza del Mundo. La ONG se hace acreedora a un premio que, pese a todo, no paga la maravillosa labor humanitaria que realizan sus miles de voluntarios por cualquier rincón del planeta donde hay muchas bocas que alimentar.

Eso sí, por suerte para esta organización, en el jurado que tenía que fallar el premio no estaba la ínclita Esther Sarrautte. De haber estado ahí, es más que probable que ese reconocimiento no lo hubiesen tenido. Igual, incluso, hasta desalojan a la ONG de su local porque, según esta mediocre política del PNC (fuerza coaligada con CC), no existe en la isla ninguna fundación con las siglas ONG.

Esta concejal, incapaz de hacer su trabajo, cargó la tinta sobre los técnicos del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Me acuerdo de ese pleno, en noviembre de 2008, cuando cuestionado por Gullermo Guigou sobre el número de locales del que disponían las ONG en la ciudad, la señora Sarrautte dijo con todo el aplomo que le caracteriza (e incluso descaro) que no había encontrado ningún local gestionado por la asociación ONG, que sí había encontrado inmuebles en los que estaban la Cruz Roja, San Miguel, Cáritas, Manos Unidas, etcétera.

Es por eso que sostengo que la fortuna que ha tenido Manos Unidas de que personajes como esta concejal no tengan atribuciones más allá del Consistorio. De todas maneras, sería conveniente que alguien le explique a este persona lo que es una ONG y a lo que se dedica, principalmente porque hace algunas semanas, en un chat digital en La Opinión, aún mostraba lagunas sobre la misión principal de estas organizaciones no gubernamentales.

ONGs como Manos Unidas tiene de por sí una ardua labor de intentar llegar a los más desfavorecidos, tener que litigiar con regímenes dictatoriales y con la incomprensión de ciertas etnias locales como para que encima, en tu propia casa, tengas que aguantar a una politicastra que cree que ONG es una empresa al uso. Ese Premio Príncipe de Asturias fue toda una bofetada de realidad para quien pasó olímpicamente de realizar su trabajo como debía ser.

1 comentario

[Máximo Medina - 16 de septiembre de 2010 - 23:15]

Me alegro profundamente de que una organización como Manos Unidas haya obtenido el reconocimiento aunque sea en modo de Premio Príncipe de Asturias. Manos Unidas, como otras colegas en el mundo de las organizaciones no gubernamentales, se ha caacterizado por ayudar al más débil y, lo que es más importante, tratar de hacer un mundo más igualitario pra todos. No me cabe en la cabeza de que en pleno siglo XXI aún haya mil millones de personas que no tienen nada que llevarse a la boca un día sí y otro también. Por ello, colectivos como Manos Unidas tiene un protagonismo especial cuando las crisis se recrudecen en los países más adelantados. Lo que nunca he entendido es como una ONG (oganización no gubernamental) vive casi en exclusiva de las subvenciones de los Gobiernos de turnos. Con el tiempo, espero, se arreglará. Lo que jamás podríamos solucionar es lo de la concejala de turno. En este último caso, corramos un estúpido velo. En el primero, en el cao de Manos Unidas, sólo nos cabe resaltar el agradecimiento el respeto por su impagable labor.