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Desde mi escaño

¡Qué fracasen los tres!

¡Qué fracasen los tres!

Los españoles deberíamos de rebelarnos frente al borreguismo y el seguidismo que nos pretenden imponer. La huelga general del 29 de septiembre no deja de ser una pantomima sindical, una suerte de fuegos de artificio en los que se pretende que nosotros seamos la pólvora a estallar. Los motivos para haber llevado a efecto esta jornada de paro mucho antes son prácticamente innumerables, pero haber esperado a esa convergencia europea para meternos en la harina de este costal pues no convence a nadie.

Desde luego, comparto la opinión generalizada de que no queremos hacerle el juego ni a los sindicatos, pero tampoco al Gobierno de ZParo. Los primeros quieren usarnos para esgrimir ante la opinión pública el exitazo de la huelga, el presidente, en cambio, busca que la jornada fracase para apuntarse el tanto de su reforma laboral, de la congelación de las pensiones y del recorte del sueldo de los funcionarios en un 5%. Ni uno ni otro son santos de mi devoción y no quiero que hagan bandera de mi intención de trabajar o irme a la huelga.

Obvio es que no podemos hacerlo, pero desde el plano teórico me gustaría hacer un llamamiento a la población en general para que se fuesen a la huelga...un día después. Este Ejecutivo se merece una jornada reivindicativa desde hace mucho tiempo y estoy convencido de que si el inquilino de la Moncloa hubiese sido alguien del PP, a estas alturas ya habríamos llevado decenas de algaradas y alguna que otra jornada de paro generalizado.

Y los sindicatos se merecen que el 29 de septiembre les vaya la cosa como esa parte del cuerpo donde la espalda pierde su casto nombre. Nos han estado hurtando la verdad de las cosas. Ellos, Méndez y Toxo, han estado callados mientras cobraban sus cuantiosas subvenciones. Sólo ladraron (pero poquito) cuando se les tocó el sueldo a los servidores públicos y ahora buscan al resto de los españoles para protestar por unas medidas que ZP va a aplicar sí o sí. Aquí no hay hoja de ruta ni calendario de movilizaciones. Habrá que esperar a que Europa vuelve a plantear una jornada general de paros para que nuestros sindivagos se sumen a las mismas.

Ojalá que tras el 29-S España pudiera disfrutar de esas ofertas tan sensacionales que a veces promocionan los hipermercados, una especie de tres por uno, que la marcha de Zapatero se llevase también las de los secretarios generales de los sindivagos UGT y CCOO.

1 comentario

Máximo Medina -

Si no secundas la huelga, autorizas a ZP para que siga haciendo lo que le da la gana, pero si por contra sí decides protestar, estás beneficiando a los sindicatos. Curiosa paradoja. ¿Qué hacer? Muy fácil, lo que cada cual quiera, porque tras los atropellos del Gobierno, lo lógico sería que el trabajador tuviera derecho a protestar, pero parece que ni eso. En principio, mi opinión personal sería ir contra ZP, que incluso se jacta de que no retirará la reforma laboral ni siquiera aunque la huelga fuera contundente (¿tan seguro está de que no lo será?) y además anuncia que seguirá por la senda del neoliberalismo, ya sea impuesto o por una iluminación. Luego habrá tiempo para los sindicatos y su papel en todo este embrollo de la crisis internacional. Lo único que se puede reconocer es que se lo han montado muy bien, porque la huelga general es como un plebiscito, un referéndum, donde sólo se puede elegir entre sindicatos o Gobierno, a cada cual peor. ¡Pobre España si hemos llegado a esta disyuntiva!