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Desde mi escaño

Lo que me sale de los...pajines

Lo que me sale de los...pajines

¿Alguien sabe si Leire Pajín ha dimitido ya? ¿Cómo? ¡Ah, qué aún no se ha largado del Ministerio de la Igualdad Sanitaria o de la Sanidad Igualitaria! Claro, por supuesto, no habrá quien la eche de ahí. Es como una especie del barco de Chanquete, que no la moverán de ahí ni con agua hirviendo. Sí, ya se que parece que la reflexión o la argumentación empleada en este inicio de artículo se asemeja más a un diálogo de la Rue del Percebe 13, pero es que la señora aún ministra es igual de surrealista que los personajes del tebeo. Lo malo es que encima la susodicha no provoca excesivas risas porque, si en realidad tenemos en cuenta la función que desempeña, mejor sería que estuviese en un circo para decir en un lugar adecuado todas las paridas que se le pasan por su neurona planetaria.

La señora Pajín, amén de todos los descacharrantes disparates que ha podido verter por su boca, llegó a la cima del despropósito cuando el pasado miércoles aseguró a voz en cuello que ella nombraba a tal o cual directora o asesora de lo que fuese a quien ella “le salía de los cojones”. Una respuesta contundente y, por supuesto, igualitaria. ¿Por qué las féminas no van a tener los mismos atributos que el caballo del Espartero, digo yo? La Pajín, los tiene bien puestos y sólo le faltó una actitud de más machito (o machita) para ponerlos encima de la mesa, pero al natural, sin colorantes ni conservantes.

Desde luego, la salida de tono de la señora ministra da pie a que, por ejemplo, si usted va a un hospital y, por ejemplo, dice que tiene un problema en el riñón, pero le acaban operando del esófago, no se le ocurra replicar al profesional sanitario porque, en coherencia con Pajín, le puede espetar un contundente. “Yo le opero de lo que me sale de los cojones”. Y no, no le valdría poner una reclamación porque ahora la respuesta “lo que me sale de los cojones” va a ser incluida en un Real Decreto Ley y, aparte, ya se ha hablado con Luis María Ansón y Juan Luis Cebrián para ser introducida en la nueva edición del diccionario de la RAE.

Eso sí, hay que seguir haciendo una graduación del tamaño de los cojones y, evidentemente, nadie los puede tener más grandes que los de la Pajín. Si los controladores, pongamos por caso, muestran que sus atributos son más grandes, enseguida, por el artículo 116 de la Constitución Española, se los cortan de raíz, se los cercenan hasta que queden microscópico. ¿Qué es eso de competir con la responsable de la Sanidad Igualitaria (igual de mal para todos, claro) en el tamaño de las criadillas? Pues eso, no me replique usted porque yo escribo lo que me sale de los pajines, mire usted.

1 comentario

Máximo Medina -

Fue hace meses y toda España aún continúa preguntándose qué hace la señora Pajín de ministra de cualquiera cosa y mucho menos de Sanidad. Menos mal que las cuestiones sanitarias están transferidas a todas las comunidades autónomas, que si no cualquiera sabe por dónde nos saldría esta señorita. Para la confluencia planetaria le hace falta, eso sí, otra epidemia de gripe, pero que sea B, porque la A nos salió fallida en el último momento, que es que los virus, bacterias y demás ya no son lo que eran, para lucirse aún más en el puesto de servicio público y de sueldo privado. Lo único que nos faltaba es que una señorita en edad de merecer, Dios sabrá qué, se comporte de esa manera, con cojones de por medio y todo. Pero es que también somos un poco ingenuos, qué se podía esperar de semejante individua, amiga de miembra y sucesora de la Trini. Ponemos un circo y los gigantes se reducen. Eso sí, que nombre a quien le dé la gana, porque los currículos están tan mal vistos...