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Desde mi escaño

Recadito alemán

Recadito alemán

Tengo envidia de los sindicatos alemanes. Sí, lo reconozco. Estas organizaciones laborales les han pintado la cara a las españolas y, además, lo han hecho delante de sus narices y encima en su propia casa, es decir, en España. Uno de los líderes de estas plataformas germanas señaló tajantemente que ellos, los sindicatos alemanes, se sienten orgullosos de no percibir un solo euro del Estado. Todo su capital se reduce a lo que le aportan los afiliados mes a mes y que por ellos tienen que dar la cara para conseguir siempre los mejores acuerdos para el trabajador, pero además sin tener que llegar a los extremos de hundir las empresas. Estamos ante organizaciones modélicas, personas que saben desempeñar su papel de lucha social y que no pueden mostrarse abiertas ante posibles dádivas gubernamentales.

En Alemania, los señores Méndez y Toxo serían corridos a gorrazos desde Berlín a Munich, pasando por Dortmund y Leverkusen. Allí no entienden como los sindicatos españoles, al menos los dos mayoritarios y, por supuesto, los más jetas que ha conocido esta nación, Unión General de Trabajadores y Comisiones Obreras, pueden tener esa doble vía de financiación, la que recaudan por parte de los afiliados y la que obtienen de las espléndidas morteradas que reciben desde el Gobierno, especialmente desde que mangonea en la Moncloa y en el país el señor Zetaparo.

UGT y CCOO no tienen un ápice de vergüenza en liderar una huelga general el 29 de septiembre y luego, casi cinco meses después, ponerse delante de la foto para establecer un gran pacto social que sólo perjudica a la clase trabajadora, a la que se le obliga a tener más años cotizados, a jubilarse más tarde y a pedirle más rendimiento por menos dinero. Es de vergüenza y verdaderamente lamentable que estos dos señores puedan representar a la clase sindical de España, pero también es verdad que la culpa la tienen quienes siguen bailándole el agua. Yo, hace mucho tiempo, que decidí quitarme de la mamandurria de UGT porque está visto que ellos sólo están con el poderoso, con el presidente San Subvención, que aparece y desaparece como San Borondón.

En fin, espero que esta visita al más alto nivel de Alemania haya servido para que a muchos se les caiga la ceguera que sufrían desde hace algunos años y empiecen a entender que clase de sindicatos estábamos padeciendo. Un amigo mío, Máximo Medina, me decía que la señora Merkel tenía más cara que espalda por pedirle más esfuerzo a España. Disiento, querido amigo. La canciller ha venido a sacar tajada de un Gobierno débil y que, no lo olvides, es parte de la Unión Europea. Posiblemente, si se hubiese hecho caso al discurso de Pizarro en las urnas hoy estaríamos casi fuera de la crisis, pero tuvimos a un iluminado por bandera, repartiendo favores a diestro y siniestro y estamos como estamos, salvo los Méndez y Toxo, que pueden comer y navegar cómodamente, con tú dinero, con mi dinero y cada día con el de más gente.

2 comentarios

Elefante -

¿Por qué la gente sigue empeñada en decir que el PSOE es de izquierdas?

Máximo Medina -

La actitud de los sindicatos (UGT y CCOO que hay otras centrales más minoritarias, pero también más coherentes) hasta que se firmó la reforma laboral había sido correcta, no permitiendo el recorte de derechos a los trabajadores. Después nadie sabe lo que pasó, pero han acabado plegándose a los deseos de la patronal y del Gobierno. La realidad es tozuda y nadie puede indicar con claridad cómo nos han defendido esos sindicatos, que poco menos que brindaban por rebajar las pensiones a todos los españoles un 20%, como mínimo, y aparte hacerlos trabajar dos años más. La frase célebre de Díaz Ferrán: 'Trabajar más y cobrar menos'. Que lo diga ese empresario que se ha quedado sin ninguna empresa que dirigir, pase, porque defiende sus intereses, pero que se apunte al carro un Gobierno progresista y de izquierdas...
Además, me mantengo en mi comentario, en el sentido de que Merkel ha venido a España a pedir lo que en su país jamás se le ocurriría solicitar: que los sacrificios los soporte una sola parte de la sociedad, la menos pudiente y la más desfavorecida. La gran pregunta que me he hecho miles de veces sigue siendo la misma: ¿qué habría pasado si el Gobierno de ZParo se niega a hacer esas reformas encomendadas desde la UE? Metidos en esas veredas pronto tendremos un Estado rico, incluso millonario, y un pueblo pobre y desasistido. Aparte de para pagar los sueldos y prebendas de estos políticos que legislan de espaldas al pueblo, ¿para qué pagamos nuestros impuestos? Si es para trabajar más y cobrar menos, no cabe duda de que estamos en el camino correcto. ¡Qué correcto! Fantástico.