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Desde mi escaño

Ánimo Esperanza

Ánimo Esperanza

Conmoción, verdadera conmoción, ha causado el anuncio de improviso de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien no ha tenido reparos en anunciar de la manera más natural posible que le había sido detectado un bulto en un pecho y que, obviamente, por mor de la operación y del tratamiento que deba recibir, tendrá que estar alejada de la escena pública por unos días. Lo sorprendente es la tranquilidad y hasta casi la espontaneidad con la que realizó esta declaración. Siempre se ha dicho que Aguirre es una política fuerte, de carácter y que no le tiene miedo a nada. Lo demuestra asumiendo esa situación personal por la que atraviesa ahora mismo y, lejos de hundirse, ya se ha puesto en manos de los especialistas para recuperarse lo antes posible.

Además, qué mejor lección de lo bien que funciona la sanidad pública madrileña que, lejos de buscar el ámbito privado o marcharse a Estados Unidos, afirma que en pocos días ingresará en un hospital de la Comunidad de Madrid y allí se someterá al tratamiento que le sea prescrito. Está claro que la presidenta es la primera que cree en las excelencias de los servicios sanitarios de la región y, por mucho que se le critique la privatización o el desmantelamiento de la Sanidad pública, los hechos son tozudos, aunque ya saldrá alguien de la izquierda a hablar de campaña propagandística, como si no los conociera.

Tampoco hemos de obviar el mensaje claro y meridiano que se le ha lanzado a todas aquellas personas que padecen cáncer. Sí, por supuesto, la palabrita se las trae en cuestión, pero no menos cierto es que, tal y como dice Aguirre, no deja de ser una enfermedad que es curable como el resto y, de paso, refiriéndose en concreto a las féminas, las ha animado a hacerse las mamografías periódicas porque, aunque sea algo desagradable, lo cierto es que es la única manera en la que se puede detectar un cáncer a tiempo y, por tanto, evitar consecuencias peores e irreversibles.

Desde estas líneas, desde luego, confío en la rápida recuperación de la señora Aguirre, una de las políticas más valoradas de nuestro país y que, guste o no a determinadas personas, tiene un futuro mucho más elevado que el del cargo de máxima exponente de la Comunidad de Madrid, tal vez, incluso, presidenta del Gobierno de España, ¿por qué no?

2 comentarios

Máximo Medina -

Esperanza Aguirre ha sido siempre una política dura, agria incluso, que se toma muy en serio esto de representar a sus votantes y a los que no, pero tiene el defecto, para mí, de que no comparto muchas de sus ideas. Lo que ocurre en esta vida es que cuanto más poder tienes y más temor te tienen tus enemigos políticos, la realidad te devuelve a tu condición natural. En este caso ha sido el duro trance de pasar por una enfermedad que despierta muchos recelos entre la población media, muchas veces por desconocimiento. Lo que me gusta de Aguirre es que no pierde un ápice de su dignidad. Luchadora incansable y genuina como ella misma sólo parará "unos días" para tras ser operada volver a sus quehaceres diarios, impuestos por una mayoría de los madrileños. No comparto muchas de sus ideas, pero no dejo de reconocer que es una persona valiosa. No creo, amigo Velarde, que en esta ocasión ninguno de la izquierda salga a decir nada ni a aprovechar la situación. Esperanza Aguirre merece el respeto de esa persona que acepta con entereza los devenires de la vida. Hasta en eso es auténtica. Ojalá que su recuperación sea lo más rápida posible.

Titular -

Un titular de los tuyos sería "Esperanza, ten esperanza"