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Desde mi escaño

Un año de ocio para el revanchista

Un año de ocio para el revanchista

José Luis Rodríguez Zapatero no se va. Pomposamente, algunos titulares hablan de la marcha del presidente del Gobierno de España, pero la realidad resulta muy diferente. ZP no se marcha hasta que no le toque por ley, hasta que no se hayan celebrado las próximas elecciones generales y se produzca el relevo reglamentado. Entre pitos y flautas, al actual mandatario del PSOE le queda un año de estancia en La Moncloa, sobre todo ahora que ha hecho el anuncio. Otra cosa es que los barones del partido le azucen de tal manera para que adelante los comicios y así evitar que la formación se siga desangrando en las encuestas y, por supuesto, en las intenciones reales de los votantes el día que toque acudir a las urnas.

Zapatero sólo ha hecho un anuncio, el de que dejará de ser aspirante al poder, que le conviene. De todas las alternativas que podían conjugarse, ésta es la que más se ajusta a sus intereses y propia de su manera de manejarse a lo largo de estos siete años. Se trata de contentar a unos y otros al mismo tiempo lo que, contrariamente a lo que dictan las matemáticas, en vez de arrojar un signo positivo, depara un valor negativo porque genera el mayor de los descontentos entre los simpatizantes y quienes no lo son.

A partir de ahora, no tengan la menor duda, a Zapatero le va a dar lo mismo Ana que la hermana, ocho que ochenta, negro que blanco. Sabe que le queda un año de vacaciones generosamente pagadas, pero encima ha tenido la desvergüenza de decir que se va a ocupar ahora del Partido Popular en ‘agradecimiento’ al ‘interés’ de los conservadores durante su mandato. ¿Esto es lo que nos espera de aquí al 12 de marzo de 2012, que parece que es la fecha designada para las Generales? Pues mucho me temo que sí.

El presidente, que ya no tiene que acumular méritos, puede sacar su faceta más revanchista o, mejor dicho, acrecentarla. Porque, en realidad, el revanchismo lo lleva practicando desde el minuto uno, desde que puso el primer pie en el Palacio de la Moncloa. Derogó la ley educativa planteada por el PP, se cargó el plan hidrológico, retiró las tropas de Irak, pero sí las tiene en otras guerras, porque este tipo es pacifista de cartón-piedra, negoció con la ETA antes de entrar en el Gobierno, durante y aún sigue a ver si hay Sortu y se produce la tregua definitiva, se empeñó en llamar matrimonio a lo que no es, reventó la familia tradicional, con una mano da dinero para fomentar el aborto y con la otra cercena los 2.500 euros del cheque bebé.

En definitiva, que ahora su pensamiento sea la de meterse con el Partido Popular tampoco va a sorprender, pero también es verdad que dentro del PSOE intentarán ponerle algo más que una mordaza o atarle de pies y manos. No creo que en Ferraz celebren como un logro que permanezca un año por la jerola en la poltrona. Cada minuto en el poder, son menos votos para el socialismo que, por si fuese poco, se va a ver metido en una espiral de peleas, intrigas y crímenes intelectuales a cuenta de las primarias. Y encima, ya para poner la guinda, Zapatero metiendo ya su cuchara en el proceso hablando de cerebro femenino. ¡Será machacón, consio!

1 comentario

Máximo Medina -

Si después de todo lo que ha hecho, Zparo se sigue considerando un hombre de izquierdas, algo que ponen en duda hasta columnistas del periódico de Prisa, mejor lo dejamos por imposible. En los tres últimos años de mandato, en España no ha sucedido nada positivo y en cambio todo lo negativo ha llegado a la piel de otro como traído por un viento huracanado. El PSOE, políticamente, está en las últimas y el varapalo de las autonómicas y locales, pese a la 'retirada' del secretario general va a ser de órdago. Y además no es cuestión de encuestas ni de lo que se cocina, sino que la gente no es tonta y no va a renovar el voto a un partido que no ha hecho otra cosa que quitarles derechos y dinero. El paro más alto de Europa, la gasolina más cara de nuestro entorno, los impuestos más altos en comparación con lo que los ciudadanos reciben a cambio... Hay muchos más ejemplos, pero con estos son suficientes por ahora.