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Desde mi escaño

La B(f)ragancia de una mentira

La B(f)ragancia de una mentira

Carmelo Rivero es un mentiroso, los periódicos, las radios, las televisiones y todos los portales de internet son unos falsos que no veas. Es más, creo que yo mismo también debo ser un mendaz de marca mayor. Y es que con ese apelativo, mentirosos, nos ha calificado la candidata del PP al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, doña Cristina Tavío Ascanio, que aún tiene la santa caradura de negar la mayor y, a la pregunta de un internauta en el chat-entrevista de La Opinión de Tenerife sobre las facturas de marras, aquellas de las bragas y lencería diversa, contesta sin empacho: “Qué pena que se usted se crea todas las mentiras que cuentan”.

Mire, señora Tavío, mal vamos por ese camino si empezamos a tildar a la prensa de mentirosa y considerar a los ciudadanos de ignorantes. No, esa no es la vía, señora candidata del PP. En política, como en otros ámbitos de la vida, han de asumirse los errores, las meteduras de pata, las equivocaciones, los deslices. Decir que todo esto es mentira es hacernos creer, por ejemplo, que Santa Cruz de Tenerife es una ciudad idílica y todos sabemos que no es así, que tiene sus problemas, como cualquier otra urbe.

Ya sabemos que lo que usted o su grupo pudieron gastar era el chocolate del loro o que, realmente, esas facturas que pusieron de su cosecha eran para ‘suplir’ las que no habían pedido en su actividad como grupo municipal, lo cual habla pésimamente de quien tuviera que llevar la contabilidad y la administración del PP en el Ayuntamiento capitalino. Vamos, antes que proporcionar facturas de bikinis, bragas, sostenes, joyas o comilonas en restaurantes de alta cocina, sinceramente, prefiero aportar los tickets de compra del Carrefour o del Mercadona, al menos podría pasar por cutre, pero no por un Gastón superfluo.

Y es que parece mentira que aún haya políticos que se crean que en esta vida todo vale. Ya sé que me argumentarán que en realidad a costa del erario público no se ha gastado un solo euro en esas frivolidades, pero es igual, esos cargos han aparecido en unas facturas de carácter público y sólo el celo de la Intervención es quien ha puesto reparos a esos documentos contables. Supongo el bochorno y la sorpresa, a partes iguales, de quien tuvo que dar cuenta de esos dineros al alcalde y justificarle en qué se habían empleado. Pero mucho más vejatorio para las decenas de personas desempleadas en esta mi ciudad es conocer el cachondeo que se han traído con esto y darse el lujo de espetarle en la misma cara de una institución periodística como Carmelo Rivero que esto no interesa. Pues nada, ¡qué viva la fiesta y el desenfreno! Normal que luego la mitad de los ciudadanos pasen de ir a votar.

1 comentario

Máximo Medina -

Yo, la verdad, me quedo de piedra. ¿Qué pasa ahora? Que las facturas presentadas por el grupo municipal popular no eran las que toda la ciudadanía conoció, que eran otras, ¿o qué? Está claro que a Cristina Tavío o cualquier otra persona, no le habrá gustado lo más mínimo todo ese asunto, pero negarlo ahora y encima poner a periodistas y medios como mentirosos, no me parece una medida muy acertada. Pienso que eso quedo atrás y que cada vez que esta candidata o cualquier otro de su lista sea cuestionado sobre el particular, simplemente indiquen que fue un error, que jamás volverá a suceder y punto en boca. Porque con decir que fue todo mentira no logra sino embarrar aún más el asunto. Una anécdota, triste por cierto, pero nada más.