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Desde mi escaño

El cartelito

El cartelito

Las leyes están para cumplirse, es una obviedad, y si el PP de Canarias ha incumplido la normativa electoral, que afirma que no se puede emplear la imagen o símbolos de los candidatos de otro partido, ocultando además que eres tú el que estás jugando al disimulo, al a ver si no me pillan, pues entonces bien retirada que estará la campaña en el que se observa el logo de CC y la foto del apretón de manos entre Paulino Rivero y José Luis Rodríguez Zapatero con esa frase mítica y lapidaria de “lo haría mil y un millón de veces si fuese necesario”.

A los conservadores en Madrid les pasó algo similar y hubo que añadir el logo del PP para que los socialistas no se agarrasen tremenda mosca. Y es que a Esperanza Aguirre no se le ocurrió mayor ‘felonía’ que tomar la frase de Tomás Gómez (PSOE), que dijo que quería para Madrid lo mismo que ZP había hecho en España. El equipo de campaña del Partido Popular vio el cielo abierto e hizo una composición buena no, excelente, pero la Junta Electoral le obligó a añadir el logo del PP para no inducir a la confusión.

Dicho esto, para que luego no me vayan a comparar con los zarrapastrosos antisistema que vaguean impunemente en la Puerta del Sol y en otras ciudades españolas, esos que dicen que traen la verdadera democracia (la de no dar un palo al agua y llevarse el máximo beneficio), lo cierto es que aún tenemos unas leyes que, con perdón, casi son más propias de un país meramente intervencionista, que aún casi le tiene que decir a sus administrados como deben de pensar, de actuar y que hay que tutelarlos hasta cuando van a hacer sus necesidades más íntimas.

A estas alturas de la película, sinceramente, tendrían que estar derogadas ciertas normas. El hecho de que, en términos generales, la publicidad no pueda ser el conducto para atacar, con argumentos veraces, a la competencia y que en la específicamente electoral no se puedan sacar los colores a los adversarios ante sus incumplimientos es, cuando menos, haberse quedado anticuado en el Paleolítico.

Considero que somos una democracia madura, que, ante todo, quiere ver a políticos que gestionen adecuadamente los caudales públicos, que no vayan a las instituciones únicamente a figurar y a llevárselo calentito a final de mes, que den cumplida cuenta de sus rendimientos económicos, que no tengan que vivir eternamente de la política, que no se hagan fotos de trampa y cartón. Si un presidente prometió el pleno empleo y su hombre en la Comunidad de Madrid dice que quiere hacer lo mismo que su jefe y éste deja una España con cinco millones de desempleados, ¿por qué no se puede emplear como una verdad irrefutable? ¿O por qué, si un mandatario regional, en este caso Paulino Rivero, se deja fotografiar en compañía de un presidente mentiroso, Zapatero, y permite que se incumpla repetidamente con Canarias, no se puede recurrir al hecho de recordar al electorado que mucho ojo a la hora de depositar el voto y a quién se le da?

Insisto, las normas son las que son y el PP canario tendrá que cumplir con la legalidad vigente, pero evidentemente no somos tontos y todos sabemos que el platanero y la del taburete han aplaudido con las orejas al inquilino de la Moncloa a cambio del inexistente Plan Canarias o de unas abstractas, como diría Antonio Alarcó, aguas Paulinas. ¡Eso sí que es naufragar a lo grande! aunque quienes se ahogan son el resto de canarios, ellos no, que para eso tienen asegurado el escaño (alguna con cojín de suplemento).

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