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Desde mi escaño

Me hago oír, por supuesto

Me hago oír, por supuesto

Me escribe un indignado para quejarse de que aún no haya puesto una sola coma en contra del puesto de información que ha colocado en la madrileña Puerta del Sol la plataforma HazteOír. Me comenta esta persona que no entiende como mis ataques contra el campamento del 15-M fueron repetidos a lo largo del tiempo y, en cambio, me abstenga de criticar la minitienda que han colocado los miembros de esta ONG. La verdad es que la respuesta que se merecería este comunicante llegaría al punto de rozar la grosería más extrema. Su comparación ya no es sólo sumar peras o manzanas o mezclar churras con merinas, sino que directamente ha sufrido un cortocircuito mental, debido, seguramente, a las altas temperaturas.

Uno ha tenido la oportunidad de pasar por Sol y ver el punto informativo que ha puesto esta asociación. Al margen de que están ocupando la billonésima parte de la extensión del campamento de los mangotas, su labor tampoco tiene nada que ver con la de los perrosflautas. Estas personas están sacrificando hasta horas de su sueño por salvar lo más valioso que tenemos en este mundo, la vida.

Verdaderamente, sí que sería para indignarse con el hecho de que unos políticos abortistas que, fíjate qué casualidad, riman con socialistas, estén por la labor de cargarse nuestra propia continuidad sobre la faz de la Tierra. Han puesto como norma de casi obligado cumplimiento el que las mujeres se metan esas pirulas que permiten que, aunque se lo monten como locas y sin protección, se salven de una temprana (o no tanto maternidad). Aquí se despenaliza el aborto como quien mañana, por ejemplo, da vía libre a que cada ciudadano porte una mágnum y se líe a tiros ante la primera discrepancia con el vecino o con cualquier persona que nos encontremos en la calle. Mientras se demuestre que hubo un motivo para cercenar la vida del prójimo, pues no pasará nada, es decir, vamos a instaurar la ley de la selva o la del Oeste, que para el caso es lo mismo.

A mí, desde luego, que alguien me venga a decir que el punto de información de HazteOír es ilegal es poco menos que para llevarse las manos a la cabeza. Esta gente, repito, está sacrificando su vida por una causa justa, noble, leal y necesaria. De hecho, y vuelvo a reiterar un viejo argumento, si las madres de todos los indignados hubiesen decidido abortar como el que se come un chicle, hoy no hubiese habido campamento ni nada por el estilo, amén de que tampoco hubiésemos sufrido a tan execrable Gobierno, ni a los ZP ni a los Alfredo P. del momento. Lo que pasa es que, gracias a los torticeros modos del PSOE, aquí al honrado se le fustiga y al fuera de la ley se le premia o, por lo menos, se le deja que siga con sus ilegalidades y comiendo Faisán a mandíbula batiente.

2 comentarios

Máximo Medina -

Vaya rollo le han mandado aquí encima, amigo Velarde. Eso no me lo leo yo ni en mis mejores tiempos. Yo, en este caso, me voy por la banda y miro para otro lado: todo aquél que quiera protestar o reinvidicar algo que no utilice una plaza pública. Si es de todos, no tienen por qué ocuparla unos cuantos sean a favor de o en contra de lo que sea. Todos tenemos derechos, pero por lo que he comprobado muy pocos son los que tienen respeto. Por sí mismos y por los demás (qué bien me ha quedado esto último).

IpocreCia -

Pues yo solo leo HIPOCRESÍA.
Con su último estúpido argumento, puedo rebatirle que si la madre de Franco hubiera abortado tal vez en España nos habríamos ahorrado 40 años de Dictadura. ¿No estaría bien el aborto? Argumentos demagogos los suyos.

Habla de "causa justa, noble, leal y necesaria", porque según usted es para salvar vidas. (¿El semen también es vida?). ¿Salvar la democracia no le parece tan noble? No claro, usted prefiere el bipartidismo que le da de comer, ensalzando vomitivamente al PP y criticando al PSOE. Así el trabajo está hecho y no se necesita pensar.

Sea como sea, el caso es el mismo, por muchas matizaciones que le quiera poner: si quería echar a los del 15-M por ocupar una plaza pública, debería mostrar la misma actitud con los de esas organizaciones antiabortivas. Pero no: HIPOCRESÍA. Cuando son amigos, está bien, cuando son enemigos está mal. Como con la corrupción, ¿no?

Y no mienta, por favor, no mienta. Es una pena que la derecha, o lo que está más allá, haga gala de tan poca reflexión, por no decir otra cosa. Los socialistas no quieren eliminar a la raza humana, aunque usted así lo quiera creer. Tampoco nadie está obligado a tomar la píldora. Es curiosa la actitud de ciertos sectores: se quejan de que el Gobierno socialista (no seré yo el que lo defienda) es un Gobierno prohibicionista, pero son esos sectores sectarios los que pretenden prohibir la píldora, el aborto, el matrimonio homosexual, la reunión libre, la libertad de expresión...

Lo que no le gusta es que nadie se manifieste sobre algo contrario a sus convicciones o pensamientos, y cuando es así, usted lo tiene claro: insulta. Copio literalmente: "cuatro niñatos", "perroflautas y agregados del vertedero", "estos desarrapados son exactamente igual de mononeuronales", "el remedio salvador es el jarabe de palo" (aquí con apología de la violencia y todo, ¡qué democrático!). Y todo esto:
"Perros flautas, inquisidores, soviéticos, republicanos, procastristas, intolerantes, inflexibles, chusma pulguienta, porreros, borrachos impenitentes, descerebrados, inútiles que no saben hacer la ‘o’ con un canuto (a lo sumo fumárselo), pendencieros, irrespetuosos con la propiedad privada, totalitarios del régimen, más expropiadores que Hugo Chavez y Evo Morales juntos y revueltos, vociferantes sin criterio, reivindicadores del todo y de la nada, idealistas estériles, cerebritos de la nadería, pijos-progres que desconocen el valor del esfuerzo porque, en el fondo, vienen algunos de familias donde todo se les ha dado hecho.

Gente sin rumbo, pero que si mañana pudiera volaban en business class en Jumbo. Entes incoherentes, que hoy piden pan y mañana están a régimen, estorbos para todo, perros del hortelano, dictadores del mundo y de sí mismos, inestables a más no poder, liberticidas que no se arredran ni con insecticida, cromanognes de aspecto, pero muy egipcios a la hora de poner el cazo.

Comunistas de pacotilla, oportunistas sin merecerlo, rémoras del sistema, inconformistas gandules que, cuando la partida comienza, rompen el tablero porque las normas no les gustan. O se cambian o se cargan el juego. Incendiarios por doquier, antiespañoles de pura cepa, nacidos por generación espontánea, esporas que ni siquera Cousteau fue capaz de identificar en sus tiempos de gloria por la mar océana.

Gente chunga, pasados de la raya, que no están en coma, sino que ellos mismos son la coma, el punto, los dos puntos, las interrogaciones y las contestaciones. Chusma aficionada a las vejaciones, a gritar a voz en cuello ¡Fuera de aquí, españoles! Babosos como los caracoles, posiblemente sin estudios porque no quisieron ir al cole, pero quieren tener los privilegios del resto de la prole.

Y quizá todo esto se acababa si quien tuviera que poner orden no se llamase Rubalcaba. Pero nuestro ministro del Interior no sólo lo hace mal, sino que mejora por hacerlo aún peor. Esto no es democracia, es un horror, y al igual que toda esa turba, todo se reduce a un hediondo hedor y un fétido tufillo sociata procedente de la Mocloaca."

Pero ya veo cómo funciona: si algo no le gusta o no le interesa, lo ataca con dureza, sin dejar de caer en descalificativos personales e insultos (véase las burlas a Ana Oramas). Porque no es lo mismo que tomen la plaza los del 15-M o los antiabortistas. ¿Por qué no? Porque Juan Velarde censura a los del 15-M y aplaude a los antiabortistas.

Esa es la razón.