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Desde mi escaño

Papafritas con mucho rostro

Papafritas con mucho rostro

Otra de papafritas. Sí, me refiero a esos elementos vagos, ociosos, caraduras del método que en vez de protestar enérgicamente por la situación económica por la que atraviesa España, con esos casi cinco millones de parados, con la prima de riesgo frisando los 400 puntos básicos, con cierres diarios de empresas, etcétera, su única preocupación en estos días es la de reventar la visita del Papa Benedicto XVI con motivo de las Jornada Mundial de la Juventud en Madrid. Claro, el Papa tiene la culpa de todo y por eso los del comando papafrita, verbigracia los sindicatos y los agregados adiposos del 15-M, van a salir a la calle para evitar lo que es inevitable.

Estos señores sindicalistas, con el añadido de los indignantes indignados, ya anuncian dos huelgas muy curiosas. La primera, un paro bestial de los trabajadores de tierra de AENA que, fíjense, coincide casualmente con la llegada a España de Su Santidad, pero vamos, como no se puede ser maledicente ni mal pensado en este santo país, seguro que la medida reivindicativa no tiene nada que ver con la JMJ. Como seguro que tampoco se pueden relacionar las huelgas de 24 horas (¡a tomar por saco los servicios mínimos!) del Metro de Madrid en las jornadas del 18, 20 y 21 de agosto, es decir, la venida del Papa y luego los dos grandes actos en Cuatro Vientos, a sabiendas de que muchos jóvenes utilizarán en transporte suburbano para desplazarse hasta la explanada del aeródromo.

Estos vivales sindicales ya no saben qué hacer para demostrar su más que acreditada y probada incompetencia. Se han tirado más de siete años a la bartola (me refiero a UGT y CC.OO), sólo han tenido un simulacro, un paripé, una payasada de huelga general, el 29 de septiembre de 2011, para que ahora, conscientes de que al PSOE le quedan dos telediarios (presentados por Ana Blanco, of course) se pongan muy dignos y empiecen a reventar la vida del país. Pero claro, no son listos ni nada estos pupilos de Méndez, alias el comilona y Toxo, alias el crucerista de lujo. Hacen las huelgas de manera calculada, tratando de perjudicar, como siempre, a la Comunidad de Madrid. Lo que pase en otros lugares, sinceramente, se las trae al pairo, ni les va, ni les viene, pero todo lo que sean encharcarla en la región madrileña, parece que les pone excitados hasta la extenuación.

Sinceramente, no sé si al final las huelgas anunciadas se llevarán o no a cabo, pero les guste o no, los jóvenes (y los que ya no lo son tanto) van a buscarse el guiso, la manera de poder estar en todos los actos de la JMJ, con Metro y sin él, con personal de AENA o sin él. A diferencia de los sindicatos y los anexos del 15-M, existe en España una juventud que no está a verlas venir, que no aguarda el maná subvencionado, sino que se esfuerza diariamente en mejorar. Pero claro, para ello es menester hacer sacrificios, no estar todo el día en la tumbona del barco, en el silla de madera noble del restaurante más caro de Madrid o haciendo el moñas en plena plaza y con la quechua y los tablones (de madera y etílicos) a cuestas.

1 comentario

Máximo Medina -

El problema que hay aquí, amigo Velarde, es que a la izquierda le molesta el Papa y la Iglesia Católica. Y más que nada porque la filosofía del Vaticano es hoy por hoy la más zurda del planeta, toda vez que los partidos socialistas del orbe se han pasado a la socialdemocracia, es decir a la derecha centrista. La Iglesia mantiene los mismos predicamentos desde hace siglos y como no despilfarra, sino que ayuda a los más débiles, ni tampoco legisla en contra de las masas obreras, resulta que ahora su política es de lo más progresista. Y, como es obvio, eso duele. El Estado puede ser laico, como decía el otro día un ministro, pero el pueblo es otra cosa. Y en estos tiempos de 2011, hasta el más tonto hace relojes y además digitales.
P.D.: Lo de la señora Ana Blanco y los telediarios, muy bien traído. Por cierto, esta 'ilustrísima' se escapó del ERE por poco, ¿no?