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Desde mi escaño

La de la censura la tiene dura (la cara)

La de la censura la tiene dura (la cara)

Conozco a pocos periodistas o profesionales de los medios de comunicación en Tenerife que no tengan complejos ni trabas a la hora de decir lo que piensan, a pesar de que ello puede acarrearles una cerrazón publicitaria por parte de determinadas corporaciones. He sido testigo de vetos conservadores a un gran amigo como lo es Gonzalo Castañeda, en Es Radio Pulso, por contar y cantar las cosas tal y como son, sin versiones edulcoradas de los hechos y eso sé que no gusta en determinados ámbitos, pero ahí ha seguido el responsable de la emisora asociada de Jiménez Losantos porque la verdad es el patrimonio del comunicador. Y lo mismo podría decir de otro gran colega, Ángel Suárez, al que también han tratado de dirigirle y de colarle entrevistas pastelosas y él, con un fino criterio, ha hecho lo que le dictaba la conciencia, es decir, lo que le daba la real gana, para disgusto de quien creía que iba a tiro hecho.

Pues bien, ahora la china de la censura parece que le toca bien de cerca de los compañeros de El Blogo Feroz, ese invento on line surgido del magín de Paco Almagro y con la magistral dirección de Carmen Ruano. Y es que un ayuntamiento de los importantes de Tenerife, es decir, descarten La Guancha, El Tanque, Fasnia, El Rosario o Los Silos, está que trina con las informaciones que se han vertido en este digital. No gusta que se sepan determinados asuntos y se ha emprendido una caza de brujas para cargarse la correa de transmisión y, en último extremo, poner al medio a los pies de los caballos.

La pista que dan tanto Almagro como Ruano para detectar de qué consistorio se trata es más que evidente, y no sólo ayuda a saber que se trata de una mujer la que tiene encomendadas las tareas de comunicación de la corporación, lo que pasa es que no voy a dar tampoco una ayuda suplementaria al enemigo (en este caso la enemiga). Nada, mi niña, a darle vueltas al coco, que quizá te traerá más beneficios que estar intrigando sobre quién filtró tal o cual noticia, chisme, cotilleo o nadería.

Lamentablemente, hay aspectos que no cambian en la vida. Así se celebren 20 elecciones, determinadas actitudes son inmutables. La prensa, al menos en el ámbito que yo he tenido oportunidad de vivir durante más de una década, está sometida a los caprichos del cacique de turno que, además, coloca para esos puestos a tipos mucho más caciques aún. A mi modo de ver las cosas, sólo se salva el gabinete de prensa del Cabildo de Tenerife, aunque también ha tenido sus más y sus menos con aquellos periodistas que no terminaban de bailarle el agua a Ronald Mac Donald.

En fin, igual hay que seguir esperando a que críen malvas para empezar a observar una madurez en el comportamiento de determinados cancerberos que son nombrados censores de prensa para que dejen de actuar como auténticos sicarios y represores de la libertad informativa. Al final, salvo excepciones contadas, los mejores jefes de prensa están en el ámbito privado o en instituciones menos políticas (Leopoldo Pérez en el Colegio Oficial de Médicos). Eso sí, aquí no entra el esbirro de oro del Callejón del Combate, que ahora estará feliz de la vida viendo como la LFP ha censurado a los compañeros de la radio, su sueño dorado.

1 comentario

Máximo Medina -

Todos los regímenes políticos tienen censura y la Democracia no iba a ser menos. Lo que ocurre en este último caso es que estamos ante una corruptela mucho más socarrona que las anteriores, pues se juega con asuntos económicos muy importantes. Cuando a uno le tocan el bolsillo, mal vamos, saltan todas las alarmas y la presión económica (que se lo digan a Alemania y Francia) está muy de moda en tiempos de crisis. Los medios, que cada vez tienen menos publicidad, se ven abocados a transigir o a desaparecer y esa es una decisión muy difícil de digerir. Tan demócratas y defensores que somos de la libertad de expresión, siempre que no nos toque de lleno a nosotros o a nuestro chiringuito. Y es que la imagen se ha convertido en algo esencial cuando no hay nada más detrás. Mucha gente vive de la imagen y cuanto más inmaculada, mejor. Cueste lo que cueste, que en estos tiempos no es mucho.