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Desde mi escaño

El tonto del colon

El tonto del colon

Dicen que cuando se ha llegado al grado máximo de la estupidez, se suele expresa con rotundidad que ya no cabe un solo tonto más, pero la verdad es que al final siempre queda un huequito para albergar a algún meritorio que desee sumarse al club de la tontería y, encima, si tiene ínfulas nacionalistas, entonces miel sobre hojuelas, ya tenemos idiota nuevo en la oficina.

El caso es que del tonto que hablo ha superado los niveles permitidos de la estulticia, de la mamarachez, de la soplapollez, con perdón, más grande que uno alcance a imaginar. Este sujeto, vasco de nacimiento, prefirió esperar diez meses para que le hicieran una colonoscopia porque, aquí viene lo bueno, el especialista que debía introducir el dedo por salva sea la parte no hablaba euskera y a él sólo le metían mano por ahí personas que tengan una dicción impoluta.

Evidentemente, a este tonto del colon, aunque en realidad se merecería que le llamasen tonto, pero del c...le acabaron haciendo caso los responsables del Servicio Vasco de Salud, no a la hora de reducirle el tiempo de espera, cuando inicialmente tenía cita en un centro de Álava en apenas unas semanas, sino por ponerle un servicio de traducción simultánea en un centro médico de Mondragón. La escena era para partirse de risa porque el paciente hablaba en euskera por el pinganillo, otro traducía y el médico ejecutaba las órdenes y también a la inversa.

Y claro, ya puestos a meternos de lleno en el disparate, me imagino que los gastos del traductor habrán corrido a gasto del erario público de la comunidad vasca, lo cual también viene a justificar la inmensa bobada que supone que en las oposiciones en el servicio sanitario de las Vascongadas cuente más tener el euskera (o euskara) que tener habilidades con el bisturí o con el dedito para la colonoscopia.

De todas maneras, a estos paletos nacionalistas que se ríen de esta manera del sistema les deseaba yo toda suerte de males en un territorio al estilo de Rusia, China o Irán, a ver si entonces siguen con la idiotez de esperar a que les curen de una intoxicación alimentaria médicos que sólo sepan hablar euskera. De verdad, esto daría para una película al estilo de Dos tontos muy tontos en versión española, o sea, aquí sería El tonto del colon ahí va la hostia Pachi.

1 comentario

Máximo Medina -

De estos pintorescos casos, el único responsable es el Gobierno central que no hace valer la Constitución (qué coño si hasta la reforman) en la cual se escribe con rotundidad que el idioma oficial del Estado es el español. Asimismo, en algunas comunidades se permite otra lengua vehicular (catalán, vasco, gallego, valenciano, mallorquín), pero no que una se imponga a la otra. Hay sentencias de sobra que hablan en ese sentido, pero luego no se ejecutan porque los políticos entran a defender sus territorios antes que lo genérico. Con todas inmersiones, acabaremos ahogados y, como diría Federico, otra de gambas.