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Desde mi escaño

El 'sin casco' de Moragas y la corbata 'ferraziana' de Trillo

El 'sin casco' de Moragas y la corbata 'ferraziana' de Trillo

Reza el lema de la convención malacitana del PP que 'Empieza el cambio' y sí, desde luego algo cambió, al menos en la escenografía, más viva, menos sosa que en ocasiones precedentes. Desde luego, quien transitase por los alrededores del Palacio de Ferias y Congresos de Málaga, a no ser por las banderas del PP, pareciera que allí se celebraba un gran convite, una boda por todo lo alto y eso que por estos pagos andaluces ya vivieron el miércoles 5 de octubre de 2011 el enlace de la Duquesa de Alba.

No, en esta ocasión no se trataba de ninguna boda, pero se cumplieron todos los requisitos para que así lo hubiese sido. Gran expectación, miles de personas abarrotando un gran salón de actos que al final se quedó extremadamente pequeño, pero que hubiese sido ideal para asar unos cuantos pollos y un evento que, al igual que toda novia que se precie, comenzó tarde, por encima de los tres cuartos de hora y encima muchos de los invitados tuvieron que quedarse por fuera, siguiendo los parlamentos en otra sala o en el hall porque, literalmente, no había hueco ni para sentarse en suelo. ¡Cómo se nota el olorcillo de cambio en el poder!

Eso sí, a quien se notaba como pez fuera del agua fue a Jorge Moragas. En el momento abrazo entre Rajoy, Aznar, Gallardón, Cospedal, Sáenz de Santamaría o Arenas, el diputado nacional observaba la escena arrobado, con una sonrisa entre cómplice y picarona, pero sin su perpetuo casco de moto y se le notaba como fuera de lugar, como en terreno muy extraño para él. Tan acostumbrado está a llevar dicho complemento en todo momento que quienes le conocen sabía que le faltaba algo, como al escritor al que de repente le faltan la pluma y las cuartillas o el hoy imprescindible portátil.

En cuanto al acto inaugural, nada nuevo en el horizonte. Pocas críticas al socialismo, básicamente porque a estas alturas todas son conocidas y repetitivas, aunque el vicesecretario general de los peperos andaluces, Antonio Sanz, quiso hacer la broma 'ponsiana' de Alfredo Manos Tijeras trasmutándolo por Griñán Manos Tijeras.

No sólo Moragas dio que hablar por la ausencia de su casco, sino también la corbata de Federico Trillo, de un rojo Ferraz intenso que causó sensación entre la concurrencia en los escasos dos segundos en los que su imagen fue enfocada en la gran pantalla. De hecho, hay casualidades que son perversas y justo se proyectó su estampa en el mismo instante en la que Aznar hablaba de que los socialistas eran un meteorito a punto de estamparse contra la Tierra. Pues pareció que ese meteorito fue justo a parar a la corbata del ex presidente del Congreso de los Diputados.

Desde luego, y hablando de corbatas, más de uno ya se desesperaba del agobiante bochorno que se respiraba en la sala, chaquetas que se quitaban, cuellos de camisa que se aflojaban. Pero por su alguien no había reparado en ello, Cristóbal Montoro, justo cuando finalizó su intervención, y tal vez pensando que ya su micrófono no estaba conectado, espetó un...¡aquí hace falta aire acondicionado! ¿Se les habrá infiltrado un Miguel Sebastián en la convención y les desreguló el armatoste?

1 comentario

Máximo Medina -

Parece evidente que esta crónica festiva solo se puede traducir como una cuenta atrás hacia el poder, aunque sin darse ninguno por aludido de que se va directo a Moncloa. El PP ha hecho sus deberes y ha aprobado con nota. Las urnas no pueden dictar otra cosa que su triunfo y lo único que puede quedar en cuestión es su mayoría absoluta o no. El resto es pura anécdota.