Blogia
Desde mi escaño

El clan de los 5 millones

El clan de los 5 millones

¿De qué pueden presumir los incapaces de Valeriano Gómez y Elena Salgado? ¿Cuál será el argumento que Alfredo Pérez Rubalcaba (señor Rubalcaba, habrá querido decir, ¿no?) tratará de vender de cara al 20 de noviembre? ¿De verdad que el aspirante del PSOE tiene la fórmula mágica para acabar con el desempleo? ¿Por qué el gurú que dice tener el remedio para que el INEM no sea el centro de peregrinación diario de millones de españoles que están a la espera del maná en forma de trabajo se ha guardado celosamente las claves del mismo? ¿Por perjudicar a Zapatero o porque la realidad es siniestra como el mismo y lo cierto es que no tiene ni repajolera idea de asumir que el socialismo del siglo XXI sigue siendo ineficaz a la hora de garantizar a sus administrados el bienestar social que siempre dicen y denuncian que es el que recorta el Partido Popular?

Los hechos, lamentablemente, son los que son y este viernes, a tres días de ponerle punto y final a octubre para que entre ya con toda la firmeza y contundencia del mundo la campaña electoral en nuestras vidas, la Encuesta de Población Activa ha puesto las cosas en su sitio o, mejor dicho, se las ha puesto al candidato de Ferraz al darle la nada agradable nota de 4.978.300 desempleados, lo que técnicamente son los 5 millones de personas sin curro. Ya sabemos que hay gente como Elena Salgado o Valeriano Gómez a los que les falta sólo medio segundo para brindar con cava porque el marcador que ellos mismos manipulan a su antojo no haya llegado al quinto millón, pero bueno, eso es lo de menos, un detalle sin importancia dentro de este gran drama.

Lo verdaderamente preocupante es que estos señores de un Gobierno en proceso de derribo y liquidación sigan en su nube de algodón creyendo que la vida es maravillosa, que todo es cuestión de esperar a que la crisis mundial pase y que al final se demostrará que los problemas económicos y sociales de este nuestro país fueron responsabilidad de El Cid Campeador, de Felipe II, de Carlos I, de Franco y, por supuesto, de Aznar, porque evidentemente nunca es culpa de una mala gestión quien tiene en ese momento la responsabilidad, sino siempre el culpable es el anterior, y el PSOE tiene una larga lista de sospechosos habituales a los que endiñarle el mochuelo. Y los 5 millones de parados en esta ocasión son culpa del PP, como si lo viera.

En fin, si el remedio a esta situación caótica que vivimos en España, con esa cifra de desempleados, con personas que tienen trabajos precarios, con sueldos ínfimos y con centenares de miles de familias que no pueden llegar a fin de mes es vender, por ejemplo, un comunicado trampa de ETA, aviado va el PSOE si cree que puede tener un resultado apañado en las elecciones (lo de ganar, de puertas adentro, ni se contempla). Lo malo y lo catastrófico es que la gestión de ZP y Rubalcaba ha sido tan nefasta que incluso quienes hemos sabido hacer los deberes vamos a tener que apretarnos aún mucho más el cinturón. Y ya sé que no es justo, pero evidentemente hemos de sacar un país adelante y al menos, si tenemos en cuenta lo que aconteció en tiempos de Aznar, en dos años pasamos de ser la miseria de Europa a ir comandando la locomotora. Esperemos que se repita el milagro.

1 comentario

Máximo Medina -

En España, EEUU o donde sea, el desempleo no se arregla si no hay empresas. Aquí en suelo patrio las empresas cierran por doquier y es que en la casta empresarial se ha corrido el 'rumor' de que ahora no es un buen momento para invertir. El consumo está parado porque no hay empleo y viceversa. Una pescadilla que se muerde la cola y que no tiene solución, de momento. Por otro lado, el clan de los cinco millones no sólo tiene autoría del Gobierno sino de toda la sociedad, que ha contribuido y mucho para llegar a esta situación. Por mucho que un Gobierno facilite la contratación si el empresario no quiere 'invertir' no hay nada que hacer. Los yanquis han dado incentivos de toda clase y todo sigue parado. Es más barato producir en China, piensan muchos de ellos en la actualidad. Empresarios, claro.