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Desde mi escaño

Las verdades de Sancho

Las verdades de Sancho

Pasa por ser uno de los actores más relevantes de la escena española, un hombre con una jalonada experiencia, curtido en todo tipo de papeles, alguien que sabe que para destacar en las artes escénicas hay que currárselo diariamente y durante muchas horas, que no vale el escaqueo o la vagancia, independientemente del talento. Pero, además, Pepe Sancho sabe distinguir muy bien cuando está metido en un papel y cuando está en el mundo real. Y cuando, por ejemplo, se le pregunta en Periodista Digital por los actores que defienden a Garzón, tiene claro que respeta las ideas, pero le gustaría que se implicasen también en los problemas que acucian a la propia profesión de artista. 

Sancho lo deja muy claro, hay decenas de miles de actores en España y ocho o diez no representan a la colectividad. Bardem, por mucho que salga detrás de la pancarta, solo es una diezmilésima parte del elenco de actores de este país y suena muy triunfal y exagerado decir que el mundo de la cultura esta con Garzón. Oiga, pues como que no. 

Lo cierto es que en España, determinados artistas se han dedicado a hacer de su puesto de trabajo una especie de negociado en pro de ciertas causas con claro tinte político, personas que, además, en muchos casos, tienen un currículo envidiable, pero que pareciera querer demostrar que su fuerte esta en el pancarterismo en vez de en ese arte que destilan cada vez que interpretan, cantan o declaman. 

Pepe Sancho tiene más razón que un santo cuando señala que respeta que los artistas se pongan detrás de un emblema, de una pancarta, de un eslogan o detrás de una mesa para reclamar justicia para el condenadísimo Garzón, pero asegura que igual que él puede aceptar que haya quienes no entiendan que se juzgue al supernuez (y además ya condenado por 11 años, de momento), reclama también que se tenga el mismo respeto para aquellos que no comulgan con ese tipo de derivas político-judiciales, que bastantes estrecheces pueden existir en el mundo de las artes escénicas como para estar ahora con ciertas pamplinas. 

Y es que, recurriendo a un refrán muy español y muy cierto para la ocasión, zapatero a tus zapatos, los artistas a la escena y dejemos que la Justicia sea la que juzgue y dé el veredicto que se corresponda. Lo que no es lícito es poner diariamente en tela de juicio el sistema judicial y menos aún por personas que en lo suyo, en este caso las artes escénicas, lo hacen del diez, pero que cuando se cuelgan la pancarta garzonista, sinceramente, se quedan rebajados a la categoría de meros bufoncillos mediáticos.

2 comentarios

Andrés Sánchez -

Esto lo que quiere decir es: respetamos la libertad de expresión de Sancho porque opina como nosotros, no la de gente como Pilar Bardem o Willy Toledo que están en las antípodas ideológicas. Y ya de paso, vilipendiamos sus carreras artísticas, que no son de los nuestros.

Máximo Medina -

Desde hace ya mucho tiempo, diría que siglos, las artes escénicas, pictóricas y demás han estado siempre subvencionadas por el poder de turno, ya fuera un feudal, un cacique, un mecenas o los propios Gobiernos. Quizás por ello, todos los que se dedican a este apartado artístico siempre han tenido una querencia por los ejecutivos de turno. En España como el PSOE ha estado más tiempo en el poder que el resto de partidos políticos pues ha hecho más clientelismo entre estos trabajadores de élite. No es más, aunque muchos actores, actrices, pintores, escultores y demás han sabido vivir de su trabajo sin necesidad de apelar a papá Estado. El politiqueo de esta casta, por cierto, está más que justificado por lo que les va en juego. Pero poco más.