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Desde mi escaño

El problema no son los guiñoles

El problema no son los guiñoles

Voy a ejercer de abogado del diablo. Con el caso Contador y el ataque de los guiñoles del Canal Plus francés hemos demostrado que somos unos primarios de campeonato en el sentido de que hemos entrado al trapo de esa crítica atroz hacia nuestros deportistas, pero nos hemos perdido en el detalle, en centrarnos en lo que hace un medio de comunicación dentro del contexto de un programa de humor o de sátira, como ustedes quieran denominarlo, pero nos hemos olvidado de lo principal, que los franceses, nos guste o no, no han sido quienes han condenado al ciclista de Pinto, sino un tribunal como el TAS, radicado en Suiza, y que ha actuado de forma cicatera, incluso, si me lo permiten, hasta prevaricando, puesto que sentencian algo a sabiendas de que no se ajusta a la realidad. 

Lo cierto es que a Contador le han arruinado prácticamente toda la temporada puesto que, a excepción de la Vuelta Ciclista a España, el resto de competiciones de raigambre, es decir el Tour y los Juegos Olímpicos, las tendrá que ver por televisión. Dicen que quedaría la posibilidad de recurrir a la justicia ordinaria, pero lo curioso es que el proceso sería mucho más largo, tampoco habría tiempo para que le levantasen la sanción antes de que llegasen las citas de Francia y Londres y, de propina, el TAS tendría la potestad para volver a juzgarle. O sea, un bucle del que no parece posible salir y, aunque sea contradictorio, en este caso parece más razonable aceptar la sanción, independientemente de que creamos en la inocencia de Contador. 

Aquí, evidentemente, lo que se sustancian son otros intereses que se escapan al común de los sentidos, pero tampoco resulta muy difícil conjeturar que se trata de saldar cuentas pasadas y sólo hay que fijarse un poquito en el detalles. ¿Quién es el director del actual equipo ciclista de Contador? Bjarne Riis, sí, es mismo ex ciclista danés que ganó el Tour de 1996 y que, años después, reconoció que lo corrió dopado hasta las cejas, igual que su gregario, el alemán Jan Ullrich, curiosamente también pillado con el carrito, no del helado, sino del doping. 

Quizá, esté ahí el problema que ha tenido el deportista pinteño, que lo que no le han detectado unos laboratorios, deciden que no es inocente de dopaje unos señores del TAS, pero básicamente porque quien dirige a un ciclista excepcional es uno corredor de medio pelo (nunca mejor dicho) que tuvo que meterse de todo en vena para poder hacerse con un Tour. Y como Riis no pagó la factura de esa trampa, ahora es a Contador a quien se la hacen pagar.

1 comentario

Lewis Rogers -

El caso de Contador es uno más de un deporte como el ciclismo que no está libre de sospecha. Son demasiados los ciclistas que han sido pillados utilizando sustancias prohibidas y una de dos, o se ponen castigos ejemplares, o se permite todo como ocurre en otros deportes profesionales. La UCI se ha ido por el camino de enmedio y sanciona si se encuentra alguien de poco nombre, o con nombre pero después de que se haya retirado y a otros los mete en unos procesos disparatados que duran la tira. En cuanto al TAS pasa por ser uno de los tribunales deportivos más desprestigiados por sus arbitrariedades y además no puede prevaricar porque no es un organismo de la judicatura. Contador bien haría en dejar las cosas como están y si puede correr la Vuelta a España. Cometió muchos errores en el caso y además no demostró su inocencia, cosa que los juzgados ordinarios es justo lo contrario. Sorprendente la legislación de la UCI.