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Desde mi escaño

Antón Losada: Un 'economista lumbreras'

Antón Losada: Un 'economista lumbreras'

El Premio Nobel de Economía 2012 debería de recaer en la insigne y egregia figura del señor Antón Losada, un celebérrimo economista, plural, equilibrado, totalmente desprovisto de carga ideológica alguna. Este señor, por llamarle de alguna manera, nos ilustró a todos los espectadores que el pasado sábado 10 de marzo de 2012 veíamos El Gran Debate, con una frase que resume y condensa perfectamente la visión de la economía española. Según él, “los empresarios no crean empleos”. Y el hombre se quedó tan pancho (más ancho era imposible, básicamente porque no iba a caber en su coqueto traje).

El caballerete en cuestión se las tuvo tiesas con el fundador de la patronal madrileña, José Antonio Segurado, al que incluso se permitió la irrespetuosa licencia de decirle que de haber sido profesor suyo, le hubiese suspendido. Y es que cuando se quiere ir a un programa con un discurso prefabricado, suelen pasar estas cosas, que sueltas el mensaje como si los tertulianos que están en el otro bando son analfabetos, que no dominan la parda gramática económica, y al final te encuentras con que tienes que recoger velas ante la enorme metedura de pata.

Ya puestos, el señor Losada podía haber explicado a la audiencia cuál es su fórmula para crear puestos de trabajo, concretamente empleos en los que, curiosamente, no se da de alta a empleados en la Seguridad Social. Sí, el señor Losada, el señorito nacionalista gallego, el hombre fuerte de Anxo Quintana, tuvo sin los preceptivos papeles en regla a una asistenta doméstica a la que, cuando a él le convino, le enseñó la puerta de la calle rumbo a Cebeiro. Desde luego, una manera muy peculiar de entender las reglas de juego laboral las que tiene este pseudoindependentista metido a Torquemada de empresarios.

Mire usted, señor Losada, más le valdría poner primero orden en su casa (o en la que fue su casa, el BNG) antes de intentar reinventar los fundamentos del complejo e intrincado mundo de la economía. Precisamente, ha sido la intervención de poderes políticos como el suyo el que ha contribuido de manera decisiva a cargarse muchas iniciativas empresariales, gente decidida y con ideas que se han aburrido por todas las trabas buro y burrocráticas que han tenido que sortear para simplemente solicitar la licencia de apertura del negocio. Dejemos hacer a los empresarios y solamente pongamos controles para evitar los abusos. El resto es de un intervencionismo chino-cubano-venezolano o….nacionalista gallego, en su caso, señor Losada.

1 comentario

Máximo Medina -

La frase es muy simplista, pero el señor Losada tiene razón, no hay empleo porque los empresarios no quieren contratar. Es rigurosamente cierto, pero habría que preguntar el porqué de la actitud empresarial, que es más compleja que la búsqueda de la partícula de Dios en el acelerador suizo. Yo he oído decir a un empresario ilustre eso de 'ahora no es momento de negocios, porque la rentabilidad es muy baja' y de eso no tienen culpa los trabajadores, ni los parados, pero es cierto que no se crea empleo por ninguna parte. En ese camino, se resiente el consumo, porque la gente que no tiene ingresos no puede comprar nada y al final la espiral nos lleva a la situación actual. Tras la reforma laboral de Rajoy, agresiva donde las haya, es posible que los empresarios se animen a contratar al saber que su compromiso con el trabajador es mínimo, pero ni por ésas. Ya vimos en febrero como la lista de parados aumentó en 110.000 personas. En fin que el mercado laboral es muy complicado y coincido con usted Velarde en que hay que dejar hacer a los empresarios y poner controles para evitar los abusos, pero es que el Gobierno los ha quitado todos (los controles, claro) con la sana intención de que las listas del desempleo bajen de una vez por todas, incluso subvencionando algún tipo de contratación. Lo que resulta evidente es que si el consumo no mejora pocos o ningún empresario se meterá en contrataciones y claro estamos metidos en un círculo vicioso: no contrato porque no hay consumo y no consumo porque no me contratan. A ver quién le pone el cascabel a ese gato que nos ha empobrecido a niveles de finales de los 90.