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Desde mi escaño

El ejemplo suizo

El ejemplo suizo

Suiza nos acaba de dar un ejemplo de verdadera democracia, bueno, en realidad, una nueva lección, ya que en la nación helvética todo se hace como Dios manda, que la población vote todo aquello que le puede afectar. La última cuestión sometida a referéndum ha sido la posibilidad de ampliar el período de vacaciones en dos semanas más y, naturalmente, los electores se han decantado por el no porque entienden que tener 14 días más de asueto puede interferir de manera decisiva en la productividad de muchas empresas. Gente lista esta de Suiza.

Alguien, no sin razón, podrá decir que este bloguero está como una auténtica regadera, es decir, que nadie en su sano juicio rechazaría una prebenda tan sugestiva y sugerente como unas vacaciones extras. Sin embargo, amigos míos, miremos a nuestro alrededor, si una nación tan próspera como es la suiza ha optado por no incrementar un solo día su tiempo de asueto, en España no sólo deberíamos seguir su ejemplo, sino que además tendríamos que revisar nuestro calendario vacacional, que está trufado de demasiados puentes, acueductos y demás apaños nacionales, autonómicos, provinciales y locales.

Sinceramente, aquí no se trata de ir en contra de los derechos de nadie, sino precisamente defender lo más importante que puede tener una persona dentro de su vida activa y es poder disfrutar de un empleo, de un puesto de trabajo en condiciones estables y eso sólo es posible en el contexto de un país que empiece a pensar menos en el ocio, la juerga, el cachondeo y las huelgas y más en cómo poder salir de la lacerante crisis en la que llevamos sumergidos más de un trienio y en la que, dicho sea de paso, los sindicatos están encantados de haberse conocido y aprovechar la circunstancia para terminar de poner todo patas arriba.

Por eso, cuando alguien dice que los suizos son previsibles, aburridos, fríos y calculadores habría que decirle que se dé un viajecito allí y que vea la diferencia. España tiene poco o nada que ver con Suiza salvo en una cosa, que cada día nuestra piel de toro se parece a un queso de gruyere por donde se han escapado más de cinco millones de parados, Planes E, despilfarros a manos llenas, ERES, embajadas autonómicas, coches oficiales, viajes y comidas oficiales pagadas a talonazo que respalda el contribuyente. Y encima, si aquí nos diesen la oportunidad, votaríamos por dos, cuatro y hasta diez semanas extra de vacaciones, como si lo viera.

1 comentario

Máximo Medina -

Como señala usted, aquí no se trata de ir contra nadie, pero me cabe la menor duda de los suizos están como cabras, porque cuando toda Europa se desvive por recortar gastos y aplicar legislaciones liberalizadoras, los helvéticos se esmeran en responder sí o no a vacaciones. No sé que aporta Suiza al Viejo Continente, quizás nada, porque son neutrales (es decir no quieren pertenecer ni entrar en nada) en todo y sin embargo les va de perilla. Eso de estar asociados a otros países como que no les va e incluso los cuatro cantones que componen el país andan algo separados entre ellos, incluso en los idiomas que profesan a diario. Por ello, siempre he pensado que Suiza es un punto y aparte. Un refugio para los millonarios y a la vez un enclave protegido para Dios sabrá qué operaciones financieras y de otros tipos. Suiza, por tanto, es como un paraíso fiscal que no tiene que presentar cuentas a nadie y, como todos, presenta sus lados buenos y sus lados malos. En el margen positivo, su seguridad, en el negativo, su escasa implicación, por no decir nula, en problemas de otros. Eso, así a vuelapluma, es más que suficiente para aseverar con rotundidad que Suiza no es ejemplo para nada y para nadie. Ellos están en otro juego. Que se lo pregunten a Roger Federer, que tiene varios meses de vacaciones al año y es uno de los suizos más rentables de la historia.