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Desde mi escaño

Embarazada...de un tumor

Embarazada...de un tumor

¿Se imaginan ustedes, queridas mujeres, ir a un hospital porque sienten una molestia y les digan que están embarazadas cuando, en realidad, lo que tienen dentro de su organismo es un tumor, un cáncer líquido de nada menos que 11 kilos? Pues eso, que pudiera parecer ciencia ficción en España, que sería más propio de un centro de Ruanda Burundi, ha sucedido en nuestro territorio, concretamente en un hospital (que ahora llaman pomposamente centro de atención primaria) de Cataluña. Así de anchos y de panchos se quedaron los responsables de atender a esta paciente que, gracias a contar con la amistad de un médico que vio que aquello no era normal, acabaron, pásmense ustedes, en un hospital de Albacete donde le acabaron diagnosticando lo que realmente le sucedía.

Evidentemente, la mujer ya ha puesto el caso en manos del Defensor del Paciente y de los servicios jurídicos correspondientes para poner a los irresponsables galenos que la atendieron y que pudieron haberle provocado la muerte por su ineficaz atención. Y es que no es de recibo que presumamos de tener una sanidad de calidad, pero en realidad luego se den disfunciones de este calado y que, desde luego, no nos ponen en muy buen lugar, más bien todo lo contrario.

Cataluña, además, está siendo noticia en materia sanitaria y no, precisamente, por grandes logros, sino más bien por todo lo contrario. No hará mucho tiempo que se ponía al descubierto lo sucedido en un hospital de Tarragona donde no se atendían infartos desde las cuatro de la tarde. Es decir, si un paciente llegaba con el corazón a punto de explotar, o lo hacía antes de las cuatro menos cinco o se tenía que marchar a un centro de Barcelona y eso suponiendo que antes no le estallase la patata.

Está claro que todo se debe a los recortes establecidos por el Gobierno de Mas, pero, eso sí, la Generalitat catalana no escatima euros para derroches como las embajadas, oficinas consulares, la televisión autonómica o los sueldos y megapensiones a los ex presidentes. Todo un espectáculo del despilfarro indecente mientras una pobre ciudadana va dando tumbos de hospital en hospital hasta que consiguen dictaminar esos ‘genios’ de la medicina que no se trata de una gestación sino de un cáncer.

1 comentario

Máximo Medina -

El gobernante que recorta en sanidad o incluso educación, no sólo es un mal gestor, sino además mala persona. Porque no creo que nadie pueda dormir con la conciencia tranquila si supiera que los hospitales y demás centros asistenciales están desabastecidos, tanto de personal como de recursos médicos, y se quede tan pancho. El personal al que ha tocado vivir todas estas peripecias está llegando al límite y el día menos pensado tenemos un problema de proporciones importantes y no provocado por los familiares (que mucha razón tienen) de los enfermos, sino por los propios empleados de la sanidad pública. Con estos antecedentes, no es de extrañar ese fallo de diagnóstico de esa señora y de muchos más que quedan en el anonimato. La sanidad española, incluida la catalana, ha pasado por momentos de esplendor, pero en la actualidad no se puede escribir lo mismo. Basta darse un paseo por cualquier hospital o clínica y observar el ambiente que se vive.