Blogia
Desde mi escaño

El 'trabajo invisible' de sus señorías

El 'trabajo invisible' de sus señorías

Se ríen en nuestra mismísima cara. La instantánea, recogida por el diario El Mundo, deja bien a la claras cuál es la verdadera prioridad de los diputados del Congreso, apuntarse a todas las comisiones posibles para trincar la dieta, pero luego, a ser posible, intentar desaparecer de las mismas, aunque eso conlleve, ¡faltaría plus! que no perciban el montante establecido en caso de ausencia. La bochornosa imagen del pasado lunes 9 de julio de 2012 en la comisión que debía evaluar a los futuros magistrados del Tribunal Constitucional, donde sólo había seis diputados, es prueba más que fehaciente de que los políticos, por regla general, pasan olímpicamente de hacer el trabajo para el que han sido designados por los 47 millones de españoles. Y así pueden seguir los tres largos años que les quedan de legislatura.

Es curioso que los regímenes del Congreso de los Diputados, Senado o parlamentos autonómicos se rijan por una normativa tan laxa. En cualquier empresa pública, no digamos ya privada, una ausencia sin justificar puede suponer una falta gravísima, pero si encima se persiste en la actitud, lo más seguro es que demos con nuestros huesos en la mismísima calle. Nadie, con dos dedos de frente, quiere tener bajo su mando a personal con ínfulas de vagancia y de perpetuo absentismo laboral. Sin embargo, quienes tienen que regir los destinos de este país llamado España parece que se lo toman todo a chacota, que les da lo mismo 6 o 60 en una comisión. Total, deben de pensar, si las proporciones políticas están perfectamente representadas.

Por eso, me hace una gracia tremenda ver a Cospedal, Montoro, Soraya o Rajoy hablando y no callando sobre la regulación del régimen funcionarial. Aparte de que no se ponen de acuerdo si les vuelan o no los días de asuntos propios (los llamados mocosos) a los funcionarios, pretenden aumentarles la jornada laboral y, de paso, sacar por enésima vez a paseo la tijera de recortar salarios, pluses y complemento diversos. Me parece de una ignominia de marca mayor que, mientras quienes tendrían que dar ejemplo estando presentes en las comisiones que al respecto se han aprobado en Las Cortes no cumplen con sus cometidos, intenten por otro lado hace cumplir al resto normas mucho más que estrictas. Es de una caradura impresionante. Pero claro, a fin de cuentas la culpa es nuestra, la de un censo electoral que va a votarles y que permite en cierto modo estos dislates.

2 comentarios

Maria Hernandez -

Y ahora en agosto se irán todos de vacaciones con el "orgullo" de la labor cumplida...
Y nos dejaran con el marrón, ¡que España se gobierne sola!

@MMariaHs

Máximo Medina -

Yo me he enterado hace poco, pero parece que usted, amigo Velarde, todavía no. Los 'elegidos' por el pueblo, nunca mejor escrito, están al margen de la realidad. Son los que dictan las normas, pero luego los primeros que no las cumplen. Basta indicar en este sentido que no renunciar a sus privilegios ni por una apuesta y además gozan del aforamiento por si los trincan en un renuncio. Esto parece la España de la pandereta, donde los señoritos hacen lo que les viene en gana y los currantes, pues eso, a mandar que para eso estoy en la base de la pirámide. El político, por lo menos eso se cree él, no debe obediencia sino al partido, pero a los votantes o a la sociedad en sí, nada de nada. Hasta que no se bajen de la nube, que ya les bajarán, no serán capaces de gobernar con justicia. Recortan y recortan, pero ellos no ven la tijera y mucho menos las 4.000 empresas públicas que pululan por ahí y que la mayoría no sirve sino para 'colocar' a los militantes que no pillaron escaño.