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Desde mi escaño

Alarmante Montoro

Alarmante Montoro

Cristóbal Montoro es el ministro de las obviedades. Mariano Rajoy ha visto en el titular de Hacienda el hombre ideal para salir pleno tras pleno, sesión de control tras sesión de control o comisión parlamentaria tras comisión parlamentaria a decir las mayores simplezas que uno pudiera imaginar. Por ejemplo, sin ir más lejos, suelta por esa boquita de piñón que si no hay dinero, pues entonces no se podrá pagar todo aquello que precise, obviamente, del vil metal, de la guita, la pasta o, sencillamente, de los euros.

Eso ya se sabe, hombre de Dios, al igual que a mí tampoco me dejan llevarme medio kilo de carne, una trucha, café o un kilo de manzanas si antes no dispongo del dinero suficiente. Lo que pasa que, a diferencia del resto de los ciudadanos, a usted le han colocado ahí para que busque soluciones, no para que nos haga un preciso diagnóstico de la situación. Para hacer una composición de lugar, ya tenemos a Graciano Palomo y, por lo menos, nos reímos mucho más con sus divertidas ocurrencias. En cambio, viendo la cara de Montoro, pareciera que asistimos a un continuo funeral.

La situación en España no es nada sencilla, más aún al borde de una intervención en toda regla que sólo falta que se haga de manera oficial. Sin embargo, lo que no puedo aceptar bajo ninguna circunstancia es esa actitud de resignación, de ver que no hay una salida más allá que la de aceptar que todos (menos los cuatro de siempre) tenemos que bajar, una vez más, nuestras pretensiones económicas y, al mismo tiempo, nos avanzan que en Galicia o en Palma de Mallorca ya se han dispuesto los operativos de vigilancia para que nadie moleste a Mariano Rajoy y a Su Majestad el Rey Don Juan Carlos durante su asueto estival. ¿Es lícito y admisible que estos señores se vayan de vacaciones mientras el resto de los ciudadanos hacen cuentas para intentar cuadrar los números y poder asumir  el estacazo de un material escolar que ya está en un IVA del 21%?

España merece unos dirigentes mejores que, como en su momento, año 2004, dijo Pérez Rubalcaba que nos merecíamos un Gobierno que no nos mienta. Y éste, el del PP, está mintiendo a mansalva y encima con el agravante de que tampoco sabe explicar las cuestiones básicas, se lía en un completo marasmo de afirmaciones y contradicciones que no tienen descanso hasta que se hacen carne o letra impresa en el BOE. Montoro, salvo que el inquilino de La Moncloa se empeñe en defender a su hombre a capa y espada, será uno de los sacrificados por Rajoy a la caída de la hoja. Y seguramente, por el mismo precio, caerá alguno más. Lo que pasa es que también nos meterán al señorito andaluz, a Javier Arenas, dentro de este gabinete y es como salir de Málaga para meternos en Malagón…aunque si al menos no está Montoro (y de paso meten en el pack a De Guindos) algo habremos ganado.

2 comentarios

Maria Hernandez -

Es que todo un señor Ministro, que se precie, no puede hacer declaraciones de ese tipo.
No se puede alarmar a la población diciendo que no hay dinero. Es como si yo le digo a mi hijo: pues hoy no hay comida...¿Que hace?
Creo que si Mariano no lo cambia rápidamente por otro, él mismo debería dimitir. 
Y digo màs, si se atreven a irse en lugar de "al pleno" irse, como digo, en pleno, de vacaciones, quizá sea mejor que no vuelvan y dejen esos confortables sillones para otros...

No nos podemos permitir a una Sra. Ministra dejando a su hijo pequeño que juegue al Bubble con su móvil,
Ni ministros que pierden una y otra vez sus dispositivos, que pueden contener datos relevantes....

Es que piensan que nos hemos caído de un "Guindos"

Y para colmo, después de subir el IVA, bajar los sueldos, vamos, dejar esto hecho unos zorros, va la prima y no se está quieta...

Es que....

@MMariaHs

Máximo Medina -

Es obvio que deben haber cambios, pero el problema al que está sometido España (que no es solo nuestro) no se soluciona con cambiar titulares de las carteras ministeriales. Montoro y Guindos deberían tomar la puerta de salida, porque el entramado económico está peor que antes (y no me vale el rollo de la herencia, porque fueron puestos ahí para solucionar, entre otras cosas, esa herencia). Pero antes que a los mencionados yo mandaría al paro a la ministra de Trabajo, porque se le dio la cartera para que dinamizara el mercado laboral y creara más puestos de trabajo. Pues bien, con su reforma laboral, que llevó con gran celeridad al Consejo de Ministros ha conseguido lo contrario de lo que perseguía: lograr que las listas del SEE (Servicio Estatal de Empleo) sean ahora más grandes. Ha quedado claro que quitar derechos a los trabajadores no crea ni un solo puesto de trabajo y ese simple hecho sería merecedor del cese o incluso, si tuviera el decoro necesario de la ocasión, la dimisión. Lo de Montoro, en cambio, es para hacérselo mirar, porque decir a los cuatro vientos que las arcas del Estado están vacías es como para contar hasta diez antes de decirlo. Ya hemos comprobado cómo se han comportado los 'mercados' ante tamaña manifestación.