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Desde mi escaño

Una de chinos

Una de chinos

Cuidado, que nos conocemos. Es fácil ahora poder generalizar ante el desmantelamiento de una gran mafia china que operaba en nuestro país y que desde 2009 había conseguido evadir la nada deplorable cantidad de 1.200 millones de euros. Sí, todo un pastizal, pero que, en términos comparativos es la cuarta parte del rescate de Cataluña (5.000 millones) o la octava si lo juntas con la ayuda que ha solicitado Andalucía (otros 5.000 del ala hasta llegar a los 10.000).

Eso sí, que nadie crea que esto es justificar el delito, nada más lejos de la realidad, lo que sucede es que unos estafan ilegalmente y otros despilfarran los fondos públicos, supuestamente, en nombre de los ciudadanos que les han colocado en la poltrona (lo que se llama estafa supuestamente legal, aunque el resultado es el mismo, que nos pispan el dinero).

De todas maneras, sería ahora injusto que se masacrase a todos los chinos por igual porque no es así ni mucho menos. De acuerdo que hay un porcentaje que ha venido aquí, ha comprado sus grandes naves y dispuesto de manera clandestina talleres subterráneos donde se sacaba una producción bestial a base de explotar a compatriotas y de evadir, en la medida de lo posible, todas las cargas impositivas por las que normalmente estarían gravadas sus procelosos negocietes. Pero luego hay una gran mayoría que ha venido a nuestro país a trabajar honradamente, a dotar de vida gran parte del tejido empresarial de nuestras ciudades.

Los chinos tiene un concepto empresarial basado en la cultura del esfuerzo y eso no lo digo yo, sino que lo expresó claramente Juan Roig, el exitoso presidente de Mercadona, frase que rubrico por entero. Si no fuese por los chinos, ¿cuántas tiendas de alimentación en el centro de Madrid y de otras urbes españolas estarían a día de hoy chapadas? Pues hagan la suma y empiecen a pensar en miles de ellas.

A los españoles aún nos falta ponernos ese chip de que las empresas van solas porque sí, que no hace falta que la gente se esfuerce, que racaneamos minutos al reloj como si no costase. Eso sí, somos tan autocomplacientes con nosotros mismos que no vemos ningún tipo de robo en esa práctica, pero en cambio basta que caiga una mafia china para meterlos a todos en el mismo saco y creer que tantas horas en un trabajo no puede ser bueno, que algo malo estarán haciendo. Typical Spanish culture.

2 comentarios

Máximo Medina -

Los chinos son un colectivo que en su país de origen están muy bien, pero fuera son un auténtico peligro contra cualquier tipo de economía que se precie. Si entrar jamás en el terreno del racismo, debo indicar que nadie puede competir con ellos, porque para este tipo de asiáticos a esta vida sólo se ha venido a trabajar, lo demás no existe. Con este imperativo lo único que se puede hacer en país extranjero es tratar de controlarlos, pero poco más. No son ejemplo para nadie y si les quieres igualar, por mucho que diga el señor Roig, tienes que dejar de vivir y dedicarte sólo a trabajar. Baste con decir que para ellos lo más importante es el trabajo y después la familia, cuando en el resto del mundo es justo lo contrario. Lo de las mafias y demás ilegalidades suceden porque no ha existido nadie en este país, hasta ahora, que se haya 'preocupado' por sus actividades.

María Hernández -

Visto y comprobado: en este bendito país no cabe un tonto más ni un listo menos.
En lugar de una península parece una isla rodeada de ladrones por todas partes menos por una, la del resignado ciudadano de a pie que tiene que madrugar cada día y al que, sin embargo, ni Dios le ayuda. Más bien al contrario, no hacen más que ponerle zancadillas en forma de subida de impuestos, contratos basura,...
Nos sacuden por todas partes, los políticos malgastando, los bancos se pulen nuestros ya de por si nimios ingresos, los chinos blanquean, pero no su piel como Michael Jackson, ni las paredes de su casita, como Mayte Zaldivar, sino nuestros euritos, los colombianos, peruanos y demás machupichus que se benefician de todo tipo de ayudas sociales o, cuando no,consiguen embaucar a alguno de esos resignados ciudadanos y vivir, como parásitos, a su costa.
Los chinos al menos algunos, trabajan duro y abren sus establecimientos veinticuatro horas sobre veinticuatro, cosa que viene bien si en medio de la noche necesitas, que se yo, por ejemplo unas pilas, un paraguas o lo que sea, porque salvo espacio para andar por los pasillos tienen de todo.

Aquí el que no corre, vuela.

Digo yo que con todo ese dinero incautado algo de provecho se podrá hacer, si hay voluntad, claro.

@MMariaHs