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Desde mi escaño

Azpilicueta: Calidad y tradición en su copa

Azpilicueta: Calidad y tradición en su copa

Si uno piensa en excelentes caldos, indefectiblemente (pero sin que vaya en detrimento de otras regiones) piensa en La Rioja y dentro de ésta, cierto es, resulta prácticamente imposible poder discernir cuál es mejor. En este caso siempre se cumple la máxima de que si un vino es excelso, el siguiente lo es más. No sería de extrañar que Baco o Dionisio tuviesen un pasado riojano, puesto que cualquiera de los vinos que se pueden adquirir a lo largo y ancho de la pequeña, pero variada geografía de esta comunidad, son un placer digno de dioses.

Sin embargo, si hay una bodega que usted no debe dejar de visitar es la de la familia Azpilicueta, un lugar de gran tradición. La historia de los vinos de Bodegas AGE (que es la denominación de este templo de los más embriagadores aromas etílicos) está llena de grandes marcas. Pero la más importante de ellas es la que hoy lleva el apellido de su fundador: Azpilicueta. De hecho, solo los mejores caldos son escogidos para llevar este nombre que son conocidos en toda España y, por supuesto, en los mejores y más exigentes foros internacionales, de ahí la ingente cantidad de premios que atesora año tras año.

Y es que el éxito no es cuestión del azar, sino de un trabajo denodado desde hace más de 130 años. Félix Azpilicueta Martínez es una de las figuras más relevantes de la historia del vino en La Rioja. Un gran hombre que supo trasladar la experiencia adquirida en Burdeos a la realidad de esta tierra. Pionero como viticultor, comenzó en 1881 con una pequeña bodega en Fuenmayor, hasta hacerse un nombre de prestigio en el mundo del vino. Dinámico como empresario, instaló en su primitiva bodega la primera estación de trasiego de España y participó en las primeras exportaciones de vinos de Rioja.

Los vinos Azpilicueta se obtienen en elaboraciones muy cuidadas, con la mejor selección de uvas de los viñedos de Fuenmayor, en la Rioja Alta, y destacan por su gran personalidad, estructura, complejidad y por ofrecer un amplio abanico de sensaciones. Uno de los principales retos que se plantearon los rectores de esta bodega es recuperar el estilo de los antiguos vinos de crianza y reserva de la zona. Vinos en los que se respetan las variedades tradicionales (Tempranillo, Graciano y Mazuelo), ensambladas para sacar el máximo potencial de cada una.

1 comentario

Maria -

Sin duda uno de los mejores vinos de mi tierra para compartir y disfrutar en buena compañía.
Un vino que, para adquirirlo, merece la pena acercarse cualquier fin de semana a la propia bodega para llevarse un buen lote de botellas.
Para llegar a la bodega hay que ascender por una sinuosa carretera y conducir por una pista de tierra entre las viñas. Un recorrido pensado especialmente para que los visitantes disfruten de las vistas. Y una vez alcanzada la bodega disfrutar también de su arquitectura, la cual ganó el premio internacional Best of Wine Tourism 2003.
Sin duda, una buena idea….
Y un buen artículo.
Enhorabuena!