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Desde mi escaño

AVE, comodidad y placer para una escapada

AVE, comodidad y placer para una escapada

Hay que reconocerlo, viajar a bordo del AVE es un placer y además, a poco que uno tenga planificado sólo con un pelín de tiempo de antelación su pequeña escapada de fin de semana, a un precio sumamente competitivo. Distancias por encima de los 250-300 kilómetros que en coche o en autobús supondrían demasiadas horas al volante y por tanto restarlas del tiempo de disfrute, amén del propio cansancio que nos produciría se han acortado de manera decisiva con este tiempo de trenes (o sus sucedáneos del Alvia).

Es verdad que España tardó demasiado en entrar en esta carrera de la alta velocidad ferroviaria, primero porque existía un evidente déficit de infraestructuras viarias para que ésta pudiera implantarse y luego porque aquí no se veía la rentabilidad…hasta que se puso en marcha la carísima y, por qué no decirlo, la megacomisionista línea entre Madrid y Sevilla. Y es que esas obras, que duraron más que la construcción del Monasterio del Escorial, supusieron una verdadera ‘lotería’ para que acabase trincando hasta el Piyayo.

La experiencia de ese primer AVE resultó tan sumamente satisfactoria que, poco a poco, aunque con una pereza digna de un oso tras la hibernación, empezaron a surgir nuevos trayectos a puntos relevantes de nuestra geografía; Málaga, Zaragoza, Barcelona, Valencia, Valladolid, Alicante o el ansiado AVE a Galicia. Cierto es que la cornisa cantábrica aún está deficitaria de esta instalación, amén de otros problemas que han surgido con la famosa Y vasca donde los de siempre sigue ‘explotando’ la construcción de esa vía férrea.

También es verdad que en cierta medida, una vez nos hemos subido a la locomotora del AVE, ha habido una cierta pasada de frenada en el sentido de que estamos llevando demasiado lejos lo del AVE. ¿Acaso era necesario llevar un tren de estas características a Toledo desde la capital de España? Claro, evidentemente, ese trayecto pasó de hacerse en un tren normal de una hora a apenas 27 minutos, pero los responsables de Renfe se dieron cuenta del tremendo disparate y del derroche de un tren que tampoco cogía tanta gente. Y es que con la crisis y sobre todo si hay que tomar todos los días un Toledo-Madrid para ir a trabajar o la universidad no era cuestión de gastar 20 euros cuando se podía hacer un ida y vuelta por mucho menos en otro tipo de tren menos rápido o en autobús.

Por eso, y con buen criterio por parte de la compañía, ahora se empiezan a reorganizar no sólo ciertas conexiones, sino que también se estudian a conciencia la nuevas líneas a crear, si bien, todo hay que decirlo, el Ejecutivo se ha plegado a los caprichos de los separatistas catalanes construyendo nuevas estaciones de AVE en Gerona y Figueras, un verdadero despilfarro sobre todo si nos ponemos en el contexto de que dentro de dos décadas igual Cataluña es como Ikea, la república independiente de Mas y herederos.

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