El deporte base necesita ayuda
El deporte de base necesita un impulso inmediato y urgente por parte de las administraciones competentes. Miren ustedes, eso de ayudar a clubes como el CD Tenerife o el CB Canarias, sin que se me enfade nadie, resulta sumamente populista, es lo fácil y lo que reporta cierto crédito, pero al fin y a la postre estamos hablando de entidades que deberían de tener las herramientas necesarias para generar recursos propios sin tener que esperar al clásico maná institucional, un maná que, dicho sea de paso, sale siempre de nuestros bolsillos y, si no me equivocó, estamos hablando de clubes que son sociedades anónimas deportivas.
En cambio, de cara a la base, siempre se racanean las ayudas, no parece interesar la cantera y se le ponen mil y una zancadillas para que, por ejemplo, iniciativas como el all star de la Primera y Segunda División de Baloncesto, que iba a haber tenido lugar el pasado 16 de febrero en el Pabellón Juan Ríos Tejera de La Laguna, quedase aplazado, suspendido sine die, como ustedes lo prefieran. Y todo por falta de verdadero respaldo institucional, pese a que a todos se les llena la boca de decir que están con el deporte de base, pero sabemos que la realidad es muy diferente y que aquí, en las Islas, si eres canterazo, te comes las piedras. Los que pueden, emigran a otras latitudes, y si no que se lo pregunten a Pedrito, el crack del Fútbol Club Barcelona.
Y si no hay apoyos para una iniciativa como la que se planteaba para estas divisiones en el baloncesto masculino, mejor no piensen ya en las atrocidades que se pueden cometer en el baloncesto femenino. Da igual que nuestras niñas de 11, 12, 13 o 14 años llenen todos los años el zurrón de títulos para las Islas. Nada, a lo sumo merecen algún que otro titular en los suplementos de deporte base, sirven para llenar los últimos minutos de los programas deportivos locales (porque el CD Tenerife sigue ocupando el mismo tiempo de atención radiofónica que cuando jugaba en la UEFA), pero después esos éxitos acaban en el olvido. No hay opción de continuidad, el presidente del Cabildo o el alcalde de turno se hará la foto en la recepción habitual, todo son buenas palabras, mejores intenciones, pero hechos…cero patatero.
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Lewis Rogers -