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Desde mi escaño

Marginación entre canastas

Marginación entre canastas

El baloncesto femenino en España sigue recibiendo un trato vejatorio y caciquil por parte de las autoridades deportivas y también de los medios de comunicación. Hace unos días tuvo lugar la final de la Copa de la Reina entre el Rivas Ecopolis y el Perfumerías Avenida de Salamanca. Pues bien, lejos de darle pompa y boato a este encuentro, a los ‘genios’ de la Federación Española de Baloncesto no se les ocurrió mejor genialidad que plantarlo en un horario donde coincidía con otros partidos de la ACB. Para rematar la jugada, el encuentro lo pasaron por Teledeporte, un canal con menos visitas que pasarlo por cualquiera de los dos canales tradicionales.

Una vez más, insisto, se empeñan los poderes fácticos y mediáticos en arrinconar el deporte femenino, como si no tuviese relevancia o éxitos suficientes que merezcan mayor atención. La propia Federación Española de Baloncesto, presidida por José Luis Sáez, le da mucha más importancia a la Copa del Príncipe, Liga LEB, que a la competición de mujeres. Horarios de prime time que han tenido los baloncestistas masculinos por otras franjas menos relevantes para ellas.

Evidentemente, quienes organizan las competiciones y quienes las retransmiten tiran de calculadora y hacen sus cuentas sobre lo que es más beneficioso para ellos. La Federación sirve para lo que sirve, para que sus directivos se peguen unos viajes y unos homenajes gastronómicos que harían empalidecer al mismísimo Carpanta. Sin embargo, pese a que podía sacarle brillo a un torneo como la Liga Femenina o la Copa de la Reina, al fin y al cabo lo único que tiene de élite la FEB, se dedica a maltratar de mala manera sus propias competiciones.

Y que no vengan con el viejo cuento de que es que el baloncesto femenino no tiene tirón. El problema es que no se ha sabido potenciar. Donde se ha hecho, por ejemplo en Estados Unidos, cuentan con un torneo, la WNBA, que ha conseguido en los últimos años un predicamento entre la afición que da verdadera envidia. Pero está claro que mientras los estadounidenses están siempre a la última en innovación deportiva, aquí, en España, dejamos el deporte femenino al albur de la buena voluntad y del sacrificio de cuatro románticos que trabajan porque las buenas jugadoras que tenemos no acaben haciendo petate y marchándose a hacer las Américas.

1 comentario

Lewis Rogers -

Tiene usted razón Velarde en que el baloncesto femenino ha perdido predicamento en España, casi al mismo ritmo, añado yo, que las estrellas de este deporte se han marchado al extranjero porque aquí era y es imposible tener una liga competitiva. El basket femenino, como el masculino, vive de los patrocinadores y en España, con la crisis a cuesta, no los hay, pues la mayoría eran cajas de ahorro que ahora ni siquiera existen. El fenómeno ha derivado en que las competiciones femeninas, sin mecenas, han caído en picado, pero no sólo en este deporte, sino en otros muchos como el atletismo o la mismísima natación (no olvidar el 'affaire' Mireia Belmonte. El papel de la Federación Española es otra cosa. Está ahí para fomentar el deporte y más bien lo está destruyendo, porque prima la selección de los Gasol, Rudy, Sergio, Ibaka y demás familiares. Estos son profesionales con unos sueldos estratosféricos, mientras que las niñas, muchas de ellas, juegan por amor al arte. Se me asemeja mucho el caso a los grandes equipos de fútbol y sus canteras. Tienen muchos jugadores de calidad en sus categorías inferiores, pero en el momento de la verdad prefieren fichar en el extranjero. El deporte-espectáculo es una cosa y el deporte es otra. Como la noche y el día, no cabe la menor duda.