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Desde mi escaño

Añoranza de tiempos mejores

Añoranza de tiempos mejores

Es una pena que el baloncesto canario femenino esté tan de capa caída. Antaño, cuando había una rivalidad entre el Sandra Gran Canaria y el Cepsa Tenerife, las Islas eran un referente nacional indudable. Quizá no eran escuadras llamadas a reinar en la gran competición nacional, pero sí a dar toda la guerra posible, amén de disputar de tú a tú títulos cortos como la Copa de la Reina o llegar lejos en competiciones continentales como la Copa Ronchetti.

Sin embargo, los buenos tiempos se fueron hace mucho de esta tierra y quienes desean prosperar acaban teniendo más oportunidades a 7.000 kilómetros de las Islas que en el club del barrio. Un verdadero despropósito para una cantera cestísta de gran calidad, que siempre ha dado los mejores frutos, pero que ahora, por H o por B, no hay manera de que nuestras jugadoras más sobresalientes se queden en Canarias. Lógico por otra parte si no van a contar con las oportunidades de rigor.

Este es el caso de Leonor Rodríguez, salida del CB Islas Canarias, una escolta de 21 años y que las últimas temporadas ha militado en el equipo de la Universidad de Florida State, siendo una verdadera revelación, la admiración de quienes acudían a las canchas e incluso siendo motivo de un reportaje por la cadena ESPN. Rodríguez era consciente de que internacionales como Amaya Valdemoro ya habían conquistado las Américas, con lo que la exigencia era máxima. La prueba no sólo la superado, sino que además lo ha hecho con nota, Matrícula de Honor cum laude.

Quien ha estado avispado para hacerse con los servicios de esta perspicaz escolta y una consumada triplista ha sido el actual campeón de la Liga Femenina en España, el Perfumerías Avenida de Salamanca, un conjunto que tiene el dominio del baloncesto patrio en los últimos años, con una clara rivalidad con el sempieterno Valencia o el Rivas Ecópolis. ¡Qué pena que por cuestiones económicas (y de poca voluntad) en Canarias hayamos perdido ese tren del baloncesto femenino que tantas alegrías nos proporciono en esas antañas décadas de los 80 y de los 90 del siglo pasado. Demasiado tiempo ha pasado ya, pero la dejadez es aún mucho mayor que luchar contra el recuerdo de que cualquier tiempo pasado fue mejor.

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