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Desde mi escaño

Cuestión de esfuerzo

Cuestión de esfuerzo

¿Qué tiene que ver la psicología con el deporte? Mucho. Hoy en día no hay actividad que no sea fruto u objeto por parte del campo de la psicología y en deporte, así sea en la alta competición o en niveles amateurs, la motivación es esencial para obtener los mejores resultados. Luego, por supuesto, es esencial que el esfuerzo esté siempre presente. Si uno es un vago redomado, toda motivación será suficiente. Es como esperar a degustar un delicioso almuerzo en Los Limoneros, pero no hacer el mínimo esfuerzo por llegar hasta el restaurante (más de uno iría a la pata coja si así fuese menester).

Los psicólogos coinciden en manifestar algo claro, que es mucho mejor la motivación que viene desde dentro que la externa. Dicho en plata, uno puede salir a correr porque siente verdaderos deseos de hacerlo, independientemente de marcas y demás historias. El simple placer de quemar kilómetros ya es lo que le otorga a ese atleta la plena satisfacción. Sin embargo, quien espera a ser pagado por ello, posiblemente no corra tanto por devoción, sino por una condición exógena, el vil metal que todo (o casi todo) lo puede y que acaba rompiendo carreras prometedoras cuando es el único reto.

Precisamente, según algunos especialistas en el tema de la psicología deportiva, como Azucena Verde, campeona de España de judo, es la mujer la que parece estar más preparada para competir porque sí, sin pensar en lo sustancioso de un cheque. Curiosamente, los deportes menos profesionalizados suelen estar repletos de mujeres. Y pone esta acreditada profesional un ejemplo que nos sonará a todos, ¿se acuerdan de qué deportes fueron los primeros que le dieron medallas a España en los Juegos Olímpicos de Londres? ¡Voilá! Los femeninos. Adonde no llegaban los siempre bien pagados hombres, eran las chicas las que llenaban de preseas nuestra participación olímpica.

Apunta también la señora Verde que, al margen de la motivación, está la constancia de la mujer a la hora de hacer deporte. Precisa que los chicos, no en todos los casos, claro, son más reacios al entrenamiento diario, son más dejados, tal vez en la creencia de que con dos entrenos está todo resuelto. En cambio, las féminas son más constantes en su empresa de mejorar y si tienen que ejercitarse seis días en semana, así lo harán, porque les nace de dentro, sin pensar en lo que eso, económicamente, pueda reportarles. Justo lo contrario que el elitismo de los deportes masculinos.

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